MADRID, España.- El expresidente uruguayo José Mujica, el más pobre de todos los mandatarios del mundo, dijo en una ocasión que Europa se encamina rápidamente a una población “café con leche”, debido al alto número de inmigrantes ilegales que viajan desde África al Viejo Continente, a través de peligrosas y suicidas travesías por el mar en frágiles embarcaciones llamadas pateras, las que en los últimos meses han desbordado a las autoridades migratorias, que -según ellos- no tienen respuestas suficientes para el alto número de personas que desesperadamente buscan el “sueño europeo”.
Italia ha recrudecido el rechazo a las pateras, a los emigrantes, quienes en los últimos meses han tenido que dirigirse a territorio español como tabla de salvación, pues al menos no les dejan, en las medidas que les son posible, morir en el mar, pero también comienzan a resentirse y el rechazo se hace visible, de tal forma que políticos de derecha declaran sus intenciones de parar la migración ilegal, alegando que han desbordado los colegios, centros sanitarios, todos los servicios sociales, olvidando que gran parte de la culpa de muchos de los problemas que tienen naciones pobres la tiene Europa, que les invadió, colonizó, dividió y explotó, como es el caso de los ingleses con la India; ahora no pueden quejarse de estar llenos de hindúes, paquistaníes; igual Francia, quien se enriqueció explotando los territorios que pertenecían al Imperio Turco Otomano, entre ellos Siria y Líbano, amén en el África, Mali, Costa de Marfil, Senegal, Guinea y otros, mientras que los belgas obtuvieron su buena tajada en el reparto de África, con Ruanda y el Congo Belga. El imperialismo colonialista agrandó el poder de Europa; ahora no deberían quejarse, pues están cosechando lo que sembraron.
Actualmente, Europa está negada a seguir recibiendo gente de esas antiguas colonias que les dieron tanto brillo, riquezas y poder, sobre todo no quieren muchos africanos, pues en el fondo son hipócritas racistas, quienes, poco a poco, están viendo cómo su población, tal y como dijo el admirado José Mujica, de piel blanco leche, pasa a café con leche, con rasgos diferentes a los de su raza, que finalmente dan como resultado un mestizaje interesante que se torna hermoso, diverso, con matices exóticos que finalmente enriquecen a la humanidad.