Lo que hoy se conoce como el Día Internacional del Trabajo fue el fruto de una lucha que se inició en 1810 con la idea del británico Robert Owen, quien consideró que la calidad del trabajo de un obrero estaba relacionada con la calidad de vida que este tuviera.
Owen acuñó el lema de “ocho horas de trabajo, ocho horas de recreación y ocho horas de descanso”. En ese entonces la jornada laboral oscilaba entre las 12 y 16 horas.
La propuesta de Owen fue tomada años más tarde por varias asociaciones y sindicatos de trabajadores. La lucha permaneció por varias décadas.
Es hasta 1884, luego de varios intentos movimientos sindicalistas en varias partes del mundo, que la Federación Estadounidense del Trabajo, en un congreso, acuerda que a partir del 1 de mayo de 1886, la duración legal de la jornada laboral sería de 8 horas, de lo contrario irían a huelga. Y así se inició la protesta de más de 200 mil obreros.
Esa manifestación se hizo más fuerte en Chicago, que tenía peores condiciones de trabajo. Se extendió por tres días más, culminando con la muerte de varios sindicalistas ejecutados, en lo que se llamó la Revuelta de Haymarket.
En honor a esos mártires que murieron en Chicago se celebra en gran parte del mundo, exceptuando Canadá, Estados Unidos y otros países, el Día del Trabajo.
República Dominicana es uno de los países donde ese día es feriado.
A propósito de que es hoy el día, pese a que el feriado se cambió para el lunes 4, la ministra de trabajo, Maritza Hernández, aprovechó la fecha y resaltó el espíritu laborioso que distingue a dominicanos y dominicanas.
La ocasión encuentra a sindicalistas nacionales sumergidos desde hace meses en la lucha por otra reivindicación: un aumento salarial de un 30 por ciento tanto en el sector público como privado.
Respecto al tema, Hernández saludó la sana correlación de las fuerzas laborales que convergen en el diálogo social tripartito, como muestra inequívoca de madurez de la democracia dominicana.
“Tenemos el convencimiento de que solo sobre la base de un activo y franco diálogo se pueden lograr los consensos necesarios para la consecución de logros graduales, en beneficio de la clase trabajadora y una mayor competitividad de las empresas”, dijo la ministra en una nota de prensa.