NUEVA YORK, (AP).- Desde que Francisco J. Núñez fundó el Coro de Jóvenes de la Ciudad de Nueva York en 1988, con el fin de combatir la pobreza uniendo a personas de distintos estratos sociales, nacionalidades y religiones, el compositor y director artístico nacido en esta ciudad soñó con llevar su programa a la República Dominicana de sus padres.
Este jueves, más de 20 años después, verá materializar su sueño cuando parte de su coro ofrezca el concierto «Oye mi voz» en el Teatro Nacional de Santo Domingo, junto al recién formado Coro Capotillo y el legendario jazzista cubano Paquito Drivera. Se trata del primer evento del programa no gubernamental UNO a UNO que ha inspirado su proyecto. «Siempre he querido combatir la pobreza», dijo Núñez a The Associated Press en una entrevista reciente.
«De joven conocí mucha gente distinta a mí y eso me abrió los ojos. Por veintitrés años estoy juntando pobres y ricos, judíos y musulmanes… Sé que la fuerza del ser humano no viene con la segregación». Ganador de la Beca MacArthur 2011 de la Fundación John D. y Catherine T. MacArthur, Núñez habló con entusiasmo del primero de cinco coros en Dominicana, en una de las zonas más pobres y peligrosas del país: el barrio de Capotillo. «Juntamos como 35 niños en una iglesia y lo que queremos hacer es cinco coros como ese, tres en barrios pobres y dos en barrios ricos», relató el visionario de 46 años.
La idea es que cada coro ensaye por separado y se reúna una o dos veces al mes los sábados, para más adelante formar juntos un solo gran coro. «Creo que hay que comenzar con lo que conocen bien los niños, y cuando ya estén cómodos llevarlos a lo desconocido», explicó Núñez, quien trabajó en el proyecto dominicano con José Santana, embajador del presidente Leonel Fernández.
Desea llevar su modelo del Coro de Jóvenes de Nueva York (Young Peoples Chorus of New York City) aún más allá, y aunque no entró en detalles habló de posibilidades de hacerlo en algún país de Centroamérica y hasta en Egipto.
El coro de Nueva York, con sus más de 1.200 niños y adolescentes de entre 7 y 19 años y de nacionalidades y razas variadas, ha cambiado la imagen de lo que es un coro juvenil en los Estados Unidos, señala orgulloso. «Ha alcanzado metas altas trabajando con los más increíbles compositores. Los niños están al mismo nivel de los músicos de alta sociedad de música clásica.
Han cantando con sinfónicas música contemporánea… Además los niños se están graduando de la secundaria, están yendo a la universidad», dijo. Respecto a sus planes con la Beca MacArthur mediante la cual irá recibiendo dinero a partir de enero de manera trimestral, hasta llegar a medio millón de dólares, indicó que aún no está seguro cómo la aprovechará. «Me la dieron para hacer lo que yo quiera, no hay restricciones», indicó antes de confesar sentir algo de «miedo» por entender que tiene la responsabilidad de «hacer algo más grande todavía». «Quiero seguir haciendo lo que estoy haciendo, mejor», concluyó.