Claudio Acosta 
Las declaraciones de monseñor Agripino Nuñez Collado negando que el presidente Danilo Medina haya sugerido varios nombres para la conformación de la nueva Junta Central Electoral ha colocado en una posición incómoda al bloque opositor, que hizo la denuncia en una rueda de prensa en la que acusó al mandatario de querer imponer, junto al presidente del Senado Reinaldo Pared Pérez, una JCE unilateral, compuesta en su mayoría por activistas del PLD, por lo que advirtieron que se tirarán a las calles a luchar por la democracia y la institucionalidad del país si ese propósito se materializa. ¿Cometió nuestro mediador por excelencia una infidencia o todo es un invento de la oposición? La pelota está ahora, como suele decirse, en la cancha de quienes dirigen ese bloque, que pueden insistir y reiterar su denuncia, lo que implicaría desmentir el desmentido, es decir llamar mentiroso o algo parecido al exrector de la PUCMM, o admitir que los mentirosos son ellos, lo que representaría un golpe mortal a la causa que dicen defender. También tienen la opción de salirse por la tangente con alguna excusa mas o menos razonable, con lo que ganarían tiempo pero perderían credibilidad ante la opinión pública. Un trance difícil, sobre todo después de la acusación de Pared Pérez de que juegan a la doble moral; por un lado condenan el reparto, mientras por el otro ponderan y promueven a sus favoritos de una lista en la que figuran, según el presidente del Senado, Jorge Subero Isa, Roberto Saladín, Marisol Vicens y Ricardo Nieves, entre otros. Claro está, aquí todos sabemos que al final quien parte y reparte se quedará con la mayoría de los miembros de la JCE, pero en el proceso los ciudadanos, que observamos desde las gradas el comportamiento de unos y otros, tenemos la oportunidad de sacar algunas conclusiones, como por ejemplo que nuestros políticos son todos iguales y que lo único que los diferencia es si están en el gobierno o en la oposición.
