“Aquí uno no se fijaba en el tiempo, las horas se fundían en la vegetación, mañana estaba tan lejos”. Jean Nöel Pancrazi (*)
Los mitos de los nacientes cines nacionales, en muchos países de otras latitudes latinoamericanas ya lo han vivido, nuestro país, la República Dominicana, en cierta manera llega con retraso y muchas polémicas estériles a ese momentum.
Argentina, México, Brasil, Colombia, para solo citar países que no ameritan otros detalles o argumentaciones, en ese momento, tenían una crítica de cine que servía de instrumento intelectual y desarrollo crítico de aquel cine nacional, cuyos frutos positivos están a la vista con creces.
El camino dominicano para una buena cinematografía no acartonada es largo y tortuoso, siempre y cuando se desvíe por la vereda de lo fácil, de uso muy común y la megalomanía nacionalista y gentilicia, vicios notables en más de las últimas 10 producciones.
Haciendo esta salvedad impostergable, voy a mi elemento:
1.- LAURA AMELIA GUZMÁN E ISRAEL CÁRDENAS: HACER CINE AL ANDAR
Con la paciencia debida de quien espera algo que le haga escribir, suelo esperar sus películas, y lo hago tomando la partida clara de que el camino trazado por sus producciones me obliga a un deleite profesional, porque cuando otras cinematografías se enrumbaron, lo hicieron con la limpia complicidad de una crítica de cine no complaciente, que sin embargo era capaz de ver talento y aciertos en un esfuerzo que no es fácil y que pide de la gente seria, criterio, voluntad y creatividad, es el caso de estos dos jóvenes aún.
FILMOGRAFÍA Y TRAYECTORIA ANTES DE DÓLARES DE ARENA (2014).
Tanto Israel Cárdenas como Laura Amelia Guzmán tienen realizados cortometrajes, han sido asistentes de dirección, directores de fotografías y guionistas de sus propias películas.
Juntos han hecho: Cocochi (2007), Jean Gentil (2010). El documental Carmita (2013) y ahora Dólares de arena (2014)…
Al margen de estos trabajos realizados juntos, cada uno tiene, en materia de cortos y otras asistencias en su proceso de formación, trabajos individuales que muestran un ejercicio constante de este oficio tan exigente y particular.
Una revisión de sus películas con detenimiento lleva a una constatación clara y sin ambages: están actualizados con el saber tecnológico del cine de hoy, por un lado, y por el otro, se comprueba una constante: hay una mirada humana hacia el exterior que no excluye la inspiración visual, cuya impronta poética está insertada en el lenguaje o la estética, utilizada como vehículo para expresarse con propiedad, marcados, salta a la vista, por el cine europeo en sus síntesis narrativas, en los momentos donde la relación entre personajes y ambientes tiene armonía y coherencia.
Curiosamente, esa factura exuberante no impide que la atmósfera no sea muy dominicana, como ya le ocurriera a nuestro Jean Louis Jorge en la famosa “La serpiente de la luna de los piratas” (1973), donde el uso del color delataba su origen de los trópicos.
2.- DÓLARES DE ARENA, ENTRE BACHATA DE ANGOSTURAS Y ESE UNIVERSO TAN NUESTRO: Cine y Novela
El libro fílmico de esta película está basado, a su vez, en una novela que David Puig tradujo del francés (proyecto ediciones DeApoco), dando una versión al español, comparando los dos textos, que no desmienten al autor de la novela Jean Nöel Pancrazi, quien con excesos de barroquismos tropicales, lujuria incluida, retrata el mundo Las Terrenas, Sánchez, la península de Samaná y sus alrededores.
Leídas las dos versiones de la novela, en francés y español, descubrimos que la película ha preferido cambiar de protagonista y en vez de un hombre + hombre han preferido un tono narrativo desde lo femenino: mujer + mujer.
Habría que hacer la siguiente observación: hay un puente interesante entre el libro fílmico película (Guzman&Cárdenas), la versión en español de David Puig y la novela original de Jean Nöel, Dólares de arena, desde el punto de vista del guión se aprovecha muy bien la línea descriptiva del paisaje, establecida por la novela y en él los tipos y caracteres humanos, que luego vemos encarnados por actores y actrices.
3.- DÓLARES DE ARENA RETRATO DE UN DRAMA DOMINICANO DE ESTOS DÍAS
El arte expone, no importa qué arte sea, siempre expone una realidad, hay autores que con libertad se dedican a la prédica. ( No es una norma del arte ).
La cinta Dólares de arena (2014) recrea una realidad dominicana habitual de los lugares donde el turismo se convierte en espejismo de formas de vidas, estilos y visiones, que originan un imaginario social y humano, desprovisto de todo contacto con la realidad rural, apartada y olvidada de nuestras regiones.
A Bachatazos limpios, Noelí (Yanet Mojica), Menor (Ricardo Ariel Toribio) y Anne (Geraldine Chaplin), libran un juego triangular donde los textos de la música cantada sugieren estados de ánimo y dan una pauta paralela al relato visual.
Anne busca el amor, su historia en las condiciones de búsqueda de este amor no es la única, Menor y Noelí, en sus propias claves buscan el amor y al mismo tiempo homologan esa búsqueda con su realidad de sobrevivencia, el interés se convierte en un factor de ejercicio normal, mientras Anne descubre, lejos de su continente, el desamor marcado con una música exótica, su banda sonora emocional de otro universo.
El tiempo marca una hora, 13 minutos y 56 segundos de proyección, un blues de despedida se confunde con otro domican blues, a partir de entonces nada será igual.
Dólares de arena (2014) confronta a espectadores y espectadoras a una realidad ignorada, escamoteada por una sociedad que no despierta aún de su larga ceguera social, quienes moralmente pretendan estigmatizar esta película (en un paisote repleto de cafres y doble moralistas de Capirote) pierden su tiempo, Dólares de arena (2014), de Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas, al Cine Dominicano, con vocación de trascendencia, le abrirá muchas puertas, sin tocarlas. (CFE )