Los dominicanos celebraron ayer domingo la exaltación del expelotero Vladimir Guerrero al Salón de la Fama del béisbol estadounidense, el tercero de este país en ingresar al nicho de los inmortales de Cooperstown.
Desde que el Guerrero agotó su turno en la ceremonia celebrada en el Estado de Nueva York, decenas de personas salieron a recorrer las calles de Don Gregorio, el pequeño poblado donde nació el extoletero, en el municipio de Nizao, provincia Peravia (sur).
«Es increíble la alegría que sentimos en este pueblo por la elevación al Salón de la Fama de Vladimir; es nuestro mejor embajador en el mundo, no solo para nosotros, sino para todo el país», dijo a la televisión local una de las personas que participó del entusiasta desfile. El ambiente era de fiesta en Don Gregorio, donde Guerrero ha vivido toda su vida y cuyas calles le ven frecuentemente jugando partidas de dominó o dirigiéndose a una propiedad cercana donde gusta sembrar árboles frutales y criar animales.