Yakarta. Los futbolistas latinoamericanos que han saltado el Pacífico para jugar en la liga indonesia con promesas de buenos salarios y condiciones se han encontrado con una realidad distinta y una precariedad que crea situaciones injustas.
El número de extranjeros que participa en la competición indonesia asciende a 74, si se descuentan seis que se nacionalizaron, y del total 22 provienen de Latinoamérica, con Brasil (8) y Argentina (7) al frente. Aunque la lista puede haber cambiado ya, porque la liga indonesia se encuentra en un receso que concluye el 20 de mayo y que se emplea, por lo general, para remodelar o reforzar plantillas con contrataciones y bajas.
Los clubes pueden tener hasta un máximo de cuatro foráneos, pero solo tres pueden jugar en el campo cada partido.
Esta estrategia para internacionalizar la liga y la promesa de salarios más altos que en divisiones inferiores de Latinoamérica o Europa del Este han atraído a Indonesia durante los últimos años a jugadores como el argentino Cristian Gastón, quien considera la apasionada afición local como un aliciente más.
“Es una liga que siempre está en televisión, en la que miles de personas van a los estadios. Son muy fanáticos del fútbol,” declaró a Efe Gastón, delantero del Pelita Raya Bandung y celebridad local. A pesar de ello, ni él ni Walter Brizuela, centrocampista argentino llegado hace tres años, recomendarían a otros compañeros trasladarse a Indonesia.