Round Robin del Béisbol invernal
Dice un viejo dicho del béisbol que luego del error viene el palo… y eso fue precisamente lo que aprovechó el equipo del Licey ayer en el Quisqueya.
El bateador designado Juan Francisco conectó un doble remolcador de un par de carreras y los Tigres del Licey se aprovecharon de seis errores de sus contrarios para derrotar 7-1 a las Aguilas Cibaeñas, en la reanudación de la serie semifinal del torneo de béisbol otoño-invernal dominicano.
Con el juego 2-1 y en la quinta entrada, y luego de dos errores que permitieron que se embasaran Emilio Bonifacio y Eugenio Vélez, Francisco conectó su batazo ante el abridor Kelvin Villa (0-1) para abrir el marcador y ayudar a los Tigres a conquistar su tercer partido de la postemporada.
En el séptimo episodio, otro error, ahora de Jermaine Curtis, abrió la llave para otras tres anotaciones para los azules.
La victoria fue para Juan Cruz (1-0) al trabajar un relevo de dos entradas y solo aceptó un indiscutible, no dio boletos y ponchó dos. El abridor Ramón Ortiz agotó cuatro episodios y un tercio, con cinco hits y una carrera limpia.
Las Aguilas fueron limitadas a solo seis indiscutibles, incluyendo dos para Ricardo Nanita y dos para Juan Carlos Pérez.
Villa (0-1) toleró cuatro hits en cuatro entradas y un tercio, cediendo cuatro carreras, dos de ellas limpias, con tres boletos y dos ponches.
¿Y no estaban prohibidas?
A pesar de existir una prohibición de la Liga Dominicana de Béisbol con relación a la entrada y uso de cornetas en los diferentes parques de la pelota dominicana, ayer en el Quisqueya sonaron a todo dar.
Muchos fanáticos entraron cornetas en carteras de mujeres y otros bultos por la entrada principal del parque capitalino y las dejaron sonar ante la apatía de los miembros de la seguridad y contradiciendo la solicitud de la Sociedad Dominicana de Otorrinolaringología que aprobó el consejo de directores de la LIDOM para limitar el uso de los artefactos. Peor aún, el grupo llamado “Garra Azul”, que es patrocinado y apoyado por la Directiva del Licey, según dicen ellos, portó largas cornetas y trompetas que se dejaron sentir durante todo el partido.
Igualmente, el sonido en los altoparlantes del estadio se escuchó con más fuerza que en los primeros compromisos del Round Robin.