Estrasburgo (Francia). El plan de inversiones de 315.000 millones de euros hasta 2017 supone el “mayor esfuerzo en la historia de Europa” para captar financiación que le permita pasar página tras años de lucha contra la crisis y centrarse en el crecimiento y el empleo, aseguró hoy la Comisión Europea (CE).
El presidente de la CE, Jean-Claude Juncker, presentó en la Eurocámara su plan de inversiones para los próximos tres años, que contará con 21.000 millones de euros como palanca para movilizar quince veces más, 315.000 millones, a través de un “Fondo Europeo para Inversiones Estratégicas” que estará operativo a mediados de 2015 y será gestionado por el Banco Europeo de Inversiones (BEI).
Lo hará a través de una garantía de 16.000 millones de euros procedentes del presupuesto de la Unión Europea (UE) que solo estará provisionada con 8.000 millones, y con 5.000 millones del BEI.
Juncker defendió ante la Eurocámara un plan que definió como “ambicioso pero realista” y recibió el apoyo de los populares, socialdemócratas y liberales, al igual que del presidente del Parlamento Europeo (PE), Martin Schulz, y, ya desde Berlín, de la canciller alemana, Angela Merkel.
Los Verdes, la Izquierda Unitaria (GUE/NGL), la mayor parte de los No Inscritos y la mayoría de tendencia euroescéptica se expresaron en contra del plan Juncker, mientras que el tercer grupo en número de escaños, los conservadores y reformistas (ECR) se mostró dividido al respecto.
Juncker advirtió del peligro tanto de subestimar como de sobrestimar el plan, pero lo defendió ante los que alegan que esta apuesta personal suya no tiene alcance suficiente ni dinero nuevo.
Recordó que los presupuestos nacionales actualmente no dan más de sí y que el comunitario no puede incurrir en déficit, al tiempo que apuntó a que a la vez existe una “abundante liquidez” en el mundo que puede ayudar a Europa a “crecer sin crear deuda nueva».
“No vamos a traicionar a nuestros hijos y nietos rellenando nuevos cheques que deberán pagar al final ellos”, sostuvo, al tiempo que prometió que las contribuciones de los Estados miembros al nuevo fondo no contarán como déficit.
Los estados miembros, los bancos nacionales públicos -como el Instituto de Crédito Oficial (ICO) en España-, las autoridades regionales e inversores privados podrán participar en el instrumento y así mejorar su potencial. Según Juncker, el plan supone el “mayor esfuerzo en la historia de Europa para movilizar el presupuesto de la UE a fin de activar inversiones adicionales”, refiriéndose a los 8.000 millones de euros procedentes del presupuesto comunitario.
“Hoy Europa pasa página. Tras años de luchar para restaurar la credibilidad fiscal y promover reformas, añadimos un tercer elemento a un triángulo virtuoso” para completarlo con inversiones, dijo.