Miami (EEUU). Por primera vez en tres años, el Real Madrid no jugó la final del torneo Guinness International Champions Cup, pero el equipo español volvió a ser el que más atención e interés generó entre los estadounidenses y además dejó para los libros de historia nueva marca de asistencia a un partido de fútbol.
El campeón este año del torneo veraniego más importante del mundo fue el Manchester United que ganó 3-1 en la final al Liverpool, en duelo inglés histórico, disputado la pasada noche en el Sun Life Stadium, de Miami, ante 51.104 espectadores, y lograse el título que las dos ediciones anteriores se lo quedó el equipo español.
Sin embargo, antes que el Real Madrid quedase eliminado dentro del Grupo A, el actual campeón de Europa fue el que más atrajo la atención de los aficionados, tanto en el mercado anglo como hispano.
La ausencia de algunas estrellas importantes y nuevos fichajes, como el colombiano James Rodríguez, en la expedición que viajó a Estados Unidos, y la falta de acción de su figura estelar, el delantero portugués Cristiano Ronaldo, no impidió, que en dos de los tres partidos amistosos que disputó el Real Madrid, se pusiese el cartel de “sold out” (todas las entradas vendidas).
El primero fue en el California Memorial Stadium, de la Universidad de Berkeley (California), donde hizo el debut en la gira de pretemporada al enfrentarse al Inter de Milán, y generó una asistencia de 63.000 espectadores.
Nunca antes el estadio, donde juegan los California Golden Bears, el equipo de fútbol americano de la Universidad de Berkeley, había registrado un lleno para presenciar un partido de fútbol (soccer), como se conoce en Estados Unidos al deporte rey.
No importó que no estuviese Ronaldo entre la expedición del Real Madrid que viajó desde Los Ángeles, su campo de concentración y trabajo, a Berkeley, ni que faltasen la mayoría de los que normalmente son titulares.
Los organizadores tuvieron una vez más garantizado el negocio de los ingresos económicos, que luego reparten con los ocho equipos europeos participantes en el torneo, que en el caso del Madrid recibe entre 4 y 5 millones de dólares por cada partido disputado.
Luego llegaría el viaje hasta Dallas (Texas), donde completaron la segunda etapa de su gira, con la estadía de casi dos días, y que incluyó la disputa del segundo partido amistoso, y un entrenamiento.
Esta vez, el escenario fue la exsede del Mundial Estados Unidos 94, el Cotton Bowl, el rival otro equipo italiano, la Roma, y de nuevo sin la presencia de Ronaldo.
Aunque haber llegado con el resto del equipo, que había cerrado el campo de entrenamiento en Los Ángeles, generó la “ilusión” de los aficionados del Real Madrid que residen en Texas y otros que llegaron desde México, de tener la oportunidad de ver debutar a Ronaldo, al menos por unos minutos, algo que al final no sucedió.
Desde el principio el entrenador del Real Madrid, el italiano Carlo Ancelotti, confirmó que Ronaldo había mejorado en la recuperación de la rodilla izquierda, pero seguía sin trabajar con el grupo y por lo tanto no saldría para enfrentarse a la Roma.
A pesar de saber con anticipación que Ronaldo no jugaría, cerca de 58.000 espectadores acudieron a las gradas del Cotton Bowl Stadium con el aliciente especial e histórico de ver al Real Madrid estrenar el nuevo uniforme de color rosa fucsia.
Un uniforme que debutó con derrota deportiva del equipo (0-1), pero todo un éxito en cuanto al número de camisetas que ya se llevan vendidas y que cientos de espectadores exhibieron en las gradas durante el partido y competir con las blancas emblemáticas.
De ahí, que poco importó la derrota, el incidente que protagonizó el centrocampista de Mali, Keita, al negarle el saludo a Pepe antes que diese inicio el partido y la entrada al terreno de juego de varias decenas de jóvenes y niños que forzó la suspensión del partido durante más de 10 minutos a falta de dos del final.
El éxito taquillero en Dallas estaba asegurado, pero aun quedaba el gran día en el que se estableciese una nueva marca de asistencia de espectadores en un partido de fútbol y esa se dio el pasado sábado cuando el Real Madrid y el Manchester United hicieron posible que en el Michigan Stadium, de Ann Arbor (Michigan), más conocido como “The Big House”, se diese un lleno de 110.000 espectadores.
La asistencia fue una nueva marca en la historia de un partido de fútbol de Estados Unidos, y el Real Madrid fue el que hizo posible que se lograse.
Mientras que los organizadores confirmaron que con la entrada de la final entre el Manchester United y el Liverpool, más de 700.000 espectadores pasaron por taquilla para presenciar 13 partidos, mientras que 150 países los habrán visto por televisión.
Incluidos los más importantes de Asia, donde el próximo año el torneo puede hacer su debut, sin descartar que además surja la posibilidad de organizar un clásico “soñado” y millonario entre el Real Madrid y el Barcelona.