La productividad, la competitividad, el clima laboral, el posicionamiento, la participación de mercado y la proyección de la imagen pública son atributos vinculantes con el tipo de gerencia que predomina en la cultura de las empresas e instituciones. Por ejemplo, cuando los recursos y procesos son gestionados a partir de la gerencia tradicional, los resultados serán diferentes tanto en calidad como en cantidad a los que se obtienen a través de la gerencia moderna.
Las empresas e instituciones que son gestionadas por directivos, ejecutivos, gerentes y supervisores que ejercen los principios básicos de la gerencia moderna, generan entre sus grupos de interés percepciones, actitudes y opiniones positivas, las que luego se convierten en imagen pública favorable. El gerente moderno escucha y recoge sugerencias, facilita la creatividad de sus colaboradores, comparte el éxito, delega responsabilidades, usa el sentido común y emplea la comunicación asertiva para resolver y prevenir conflictos.
La gerencia es el arte o técnica de dirigir e inspirar a los demás con base en un profundo y claro conocimiento de la naturaleza humana. Además, se ha establecido que la gerencia es la ciencia que enseña la más eficiente forma de conducir empresas e instituciones hacia metas previamente fijadas. Las empresas e instituciones que deciden y actúan apegadas a los fundamentos de la gerencia moderna, son más proclives a alcanzar sus metas.
La creación y el desarrollo de nuevos conceptos y teorías, tendentes a prolongar la vida productiva de los negocios, son ejemplos fehacientes de los esfuerzos que de manera continua se realizan en el contexto de la gerencia moderna. Pese a la innegable innovación existente en la gerencia, todavía muchos directivos que continúan anclados a prácticas de la administración tradicional.