Las percepciones se crean a partir del flujo de informaciones, la frecuencia y magnitud de los hechos, así como de la coherencia y consistencia de la apariencia. Recuérdese que todo cuanto digan, hagan y aparenten las personas, empresas e instituciones incidirá en las percepciones individuales y colectivas. En este orden, si las percepciones que se generan son positivas, lo más lógico y natural es que la imagen también lo sea.
Para gestionar estratégicamente los componentes tangibles e intangibles que sirven de sustento a la imagen pública, se recomienda cuidar la coherencia y consistencia entre lo que se dice, lo que se hace y lo que se aparenta, ya que estos ejes son los que a corto y mediano plazo determinarán que las percepciones sean favorables, desfavorables o neutrales.
A propósito de que se inicia un nuevo año, sería oportuno que las personas, empresas e instituciones tomen en cuenta los siguientes consejos prácticos, como parte de las acciones que habrán de ejecutarse para mejorar la imagen pública:
• Asegúrese de que cada una de sus decisiones y actuaciones sean justas.
• Ayúdese y ayude a su organización a crear mecanismos que permitan desarrollar vínculos fuertes y sanos.
• Solo prometa lo que usted y su organización puedan cumplir.
• Evite que su organización sea percibida como un lugar donde se maltrata a los clientes.
• No sea de los que el poder lo vuelve loco.
• No permita que cada quien se forme una imagen distinta de su organización y de usted.
• Asuma la solidaridad y la diversidad como estilos de vida.
• No utilice la dadiva y el clientelismo laboral como recursos para comprar el apoyo y la lealtad de los más débiles.
• Evite que sus grupos de interés perciban a su organización como lugar para quejarse.