Fotografía de archivo del 22 de marzo de 2013 de dos pequeñas banderas de Cuba y Estados Unidos sobre el tablero de instrumentos de un automóvil en La Habana, Cuba.
MIAMI. AFP. – Los empresarios de Florida, aunque cautos, se frotan las manos ante la apertura de Estados Unidos hacia Cuba, ya que al estar a sólo 150 km de la isla esperan réditos de la nueva relación entre los países hasta hace poco enemigos.
No obstante, saben que enfrentan obstáculos, incluido el embargo económico que sigue impidiendo casi todo comercio. Y aún no tienen claro cuánta voluntad tiene Cuba de abrirse a los negocios estadounidenses.
«Con las mejores relaciones con Cuba, debería haber un aumento en el comercio tanto de Florida hacia Cuba, como de Cuba a Estados Unidos», dijo a la AFP Jay Brickman, vicepresidente de la empresa Crowley Maritime Corp.
«Florida se beneficiará al tener más comercio, por la necesidad de más almacenes, de más camiones, así que tendrá un efecto multiplicador para la economía» del estado, señaló Brickman.
Su empresa envía semanalmente a la isla desde Port Everglades, Florida (sureste de EEUU), productos agrícolas y pollo, que junto a las medicinas son de los pocos permitidos bajo el embargo vigente desde 1962.
Muchas interrogantes. Las restricciones hacen que las exportaciones estadounidenses a la isla sean mínimas. El año pasado se ubicaron por debajo de 300 millones de dólares, según la firma WorldCity en Miami, que estudia el comercio mundial.
Ahora, nuevas regulaciones del gobierno de Barack Obama dentro del histórico acercamiento a Cuba iniciado en diciembre, facilitan el comercio, sobre todo venta de materiales de construcción, agricultura y telecomunicaciones, así como los viajes de estadounidenses a la isla.
Brickman advierte que quedan puntos por dilucidar: las disposiciones establecen que los estadounidenses deben vender a privados, y casi todas las industrias en Cuba son estatales. Y La Habana tendrá la última palabra en definitiva sobre lo que quiere comprar.
«La palabra clave es ‘flexibilización’. Es importante entender que el embargo aún existe. (…) En el corto plazo no veremos mucho impacto. Pero poco a poco, a medida que la gente entienda cómo trabajar con las nuevas reglas, veremos un incremento», dice.
La carencias en Cuba, junto a la cercanía geográfica y los vínculos culturales (en el estado vive gran parte de los dos millones de cubanos en Estados Unidos) ofrecen una oportunidad única a Florida, estiman analistas.
«Florida puede beneficiarse de muchos sectores diferentes de la economía de los que hay necesidad en Cuba», dijo Milton Vescovacci, experto en Cuba del bufete GrayRobinson en Miami.
Con las nuevas regulaciones, Cuba ya no debe cancelar los envíos por adelantado, sino al momento de la entrega, lo que en la práctica significa «un financiamiento de corto plazo», saludó el abogado.
Más conexión aérea. Uno de los sectores que se beneficiará a corto plazo es el de las compañías que ofrecen vuelos chárter a Cuba, la mayor parte de ellas con sede en Florida.
«El año pasado 100.000 norteamericanos viajaron legalmente a Cuba. Una proyección pudiera ser, basada en nuestras experiencias, que ese número aumente a entre 130.000 y 150.000», dice Armando García, presidente de Marazul Charters, que realiza entre 12 y 20 vuelos semanales a Cuba.
Mientras las líneas aéreas regulares deben esperar por más permisos, otras empresas no pierden el tiempo.
Jon Fay, dueño de una pequeña firma con tres aviones en Naples, ya tramita la licencia para viajar a Cuba.
«¿De qué estamos hablando? Es la isla más grande del Caribe, con 11 millones de personas. Playas hermosas, buen clima», resume Fay.
Pero no todos están dispuestos a hacer negocios con la isla comunista.
En Florida, donde residen desde las primeras generaciones de exiliados, fuertemente anticastristas, hasta los llegados más recientemente, más abiertos a mantener un contacto cercano con la isla, el tema de Cuba sigue generando divisiones.
«Como cubana exiliada que vine a este país muy jovencita creyendo que iba a estar 30 días y llevo más de 50 años, sería una aberración tratar de ir a hacer negocios en Cuba mientras las condiciones de ese país no cambien», dijo Remedios Díaz Oliver, presidenta de All American Containers, una empresa con negocios con medio centenar de países.