Tras el rascacielos de 65 pisos de las nuevas oficinas de Abu Dhabi National Oil Co. (Adnoc) hay un vestigio del pasado del emirato de Medio Oriente, un edificio bajo que era sede del gigante petrolero estatal. El contraste entre ambos refleja los cambios en Abu Dabi, que busca construir una economía para una era pospetrolera, exprimiendo el crudo.
Un cambio similar se prevé en Arabia Saudita, donde el mayor rival de Adnoc, Saudi Aramco, planea cotizar en bolsa. Con una valuación de dos billones de dólares, Aramco tendrá la mayor oferta pública inicial del mundo. Adnoc quiere asegurar un futuro económico para su propietario luego de que se agoten los hidrocarburos, aunque con un camino diferente. «Adnoc siempre ha sido vista como una empresa pesada y lenta», dice Robin Mills, director ejecutivo de Qamar Energy. «Ahora quiere establecer una estrategia e implementarla. Está en progreso».
A cargo de la modernización de Adnoc y la gestión de 50 mil empleados está Sultan Al Jaber, CEO desde 2016. Su trabajo tiene una urgencia existencial, porque Abu Dabi, como Arabia Saudita, ofrece algo que abunda: petróleo. El boom bajó por primera vez en 2014, cuando el precio del crudo cayó a más de la mitad, rompiendo una racha de años a 100 dólares el barril que había inflado los presupuestos y alimentado la complacencia en el Golfo Pérsico.
Desde 2017, los Emiratos Árabes Unidos han participado en el programa de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) para limitar la producción y mantener los precios. Ahora el país emprende la modernización de Adnoc. «Lo evidente desde 2014 y 2015 fue que el mercado de la energía ya no es como antes. Ya no se puede depender solo de los precios del petróleo», dice Al Jaber.
Desde su fundación en 1971, Adnoc ha sido sinónimo de la riqueza petrolera que empujó a los Emiratos a la modernidad. Los ingresos del petróleo hicieron posible el paisaje urbano de Abu Dabi y también socorrieron a Dubái tras la crisis de 2008.
Por años, Adnoc ha vendido crudo a las empresas que ayudan a extraerlo o a los intermediarios que revenden su carga en Asia o el Mediterráneo. Las refinerías en esos países convierten el petróleo en gasolina, diésel o materia prima para producir plásticos y derivados. Pero los mercados energéticos mundiales se han movido entre el temor de que las reservas se agoten o que haya un exceso de oferta.
Por ello, Abu Dabi decidió protegerse contra el cambiante mercado haciendo que Adnoc se involucre en toda la cadena de producción. Al ofrecer el acceso a las reservas de petróleo del emirato, la empresa podría atraer los fondos y el conocimiento que contribuirán a su desarrollo. «Abu Dabi está reinvirtiendo para desarrollar y expandir su economía», dice Hootan Yazhari, analista jefe de mercados para Medio Oriente de Bank of America Merrill Lynch. «La cuestión de si es urgente hacer esto depende de la visión que tengas del petróleo. Es poco probable que en 2030 el petróleo esté donde está hoy».
Para asegurar la compra a largo plazo, Abu Dabi permitió que compañías chinas e indias participen en sus principales concesiones petroleras, junto a Exxon Mobil, Total y BP. Al entrar en el segmento ‘downstream’ (refinación, distribución y derivados), quiere ganar más convirtiendo su petróleo en combustibles refinados y productos, como plásticos.
La compañía también busca invertir en sitios donde la demanda local crece rápido. Para financiar esa expansión y atraer a acreedores e inversores, en 2017 Adnoc vendió bonos por primera vez, así como una participación en su división de gasolineras. Todo esto conduce a que lo comparen con Aramco. Al igual que el jeque Mohammed bin Zayed de Abu Dabi, el príncipe de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, quiere maximizar los ingresos nacionales ligados al petróleo y usar las ganancias de la venta de activos para construir nuevas industrias y capacitar a los trabajadores. Pero aunque la estrategia es la misma, las tácticas y los plazos difieren.
Adnoc «no va en la misma dirección que Saudi Aramco», asegura Yazhari de Bank of America. «Abu Dabi no tiene la necesidad de colocar acciones de Adnoc en la bolsa debido a sus saludables balances económicos. Necesitan enfocarse en aumentar el acceso a los inversionistas. Si ponen a cotizar divisiones más pequeñas, pueden aumentar la liquidez y la negociación en el mercado bursátil nacional, y eso puede ayudar al país». En lugar de vender acciones a nivel de holding como planea Aramco, Adnoc recaudó 851 millones de dólares por la venta de la participación minoritaria en el negocio de las gasolineras. El nombre en código de Adnoc para dicha oferta pública de acciones fue «Project First» porque, según Al Jaber, será «la primera de muchas».