San José, Costa Rica. Aquí existe el mito de que los dominicanos residentes en esta nación centroamericana son delincuentes. Tal situación ha motivado a las autoridades dominicanas, a través de su embajada, a emprender acciones y esfuerzos por cambiar la imagen y la mala percepción que se tienen sobre la realidad de los criollos.
Sin embargo, ha sido difícil de lograrlo, y una de las razones que se atribuye es que en este país las direcciones solo son referencias. Los barrios, calles y avenidas no tienen nombres.
Tierra Dominicana es la referencia de un barrio, ubicado en la periferia de la capital de Costa Rica.
Ese nombre se lo puso a su negocio en 1995 una pareja oriunda de San Cristóbal, que fueron de los primeros dominicanos en llegar al lugar.
Virgilio Sánchez, de 52 años, y su esposa Inés Luna, de 48, instauraron en la calle 4 con 7 el comedor bailable, que se convirtió en un espacio para los compatriotas reencontrarse con sus raíces, sus costumbres, su cultura y sus tradiciones.
La municipalidad demolió el local y ahora el sitio está vallado para proteger el espacio convertido en público. En una pared del fondo del solar aun se ven pintados los símbolos dominicanos, la bandera tricolor, tambora, güira y acordeón.
Sánchez e Inés explican que no ha habido forma de que se le quite al lugar el nombre de Tierra Dominicana. Decidieron quitar el negocio que prosperó y se hizo famoso en solo cuatro años porque comenzó a convertirse en una zona roja con la llegada de ciudadanos de otros países con características parecidas a las de los dominicanos pero con conductas no adecuadas. Citan nicaragüenses, colombianos, haitianos, jamaiquinos y panameños. Allí comenzaron a ocurrir actos de violencia y delincuencia que se atribuían a los dominicanos.
La pareja dice que esa situación les da rabia y se queja que desde la Embajada no se ha hecho lo suficiente como para limpiar el buen nombre de los dominicanos, que llegan a esa tierra a trabajar de manera digna. Cualquier cosa que sucede dicen que ocurrió en Tierra Dominicana por dominicanos y es divulgado de inmediato en los medios de comunicación, y cuando apresan o matan a una persona de tez morena dicen que es dominicano.
Señalan que la situación les estaba afectando tanto que hicieron un documento público a la municipalidad en el que le solicitaban que le quitaran el nombre de Tierra Dominicana al sitio. No fue aceptada su petición alegando que no es el local que se llama así sino el sector o barrio.
Dicen que contrario a las embajadas de otros países que salen al frente de sus conciudadanos, la de República Dominicana se torna, a veces, pasiva.
Defendieron la seriedad y la capacidad de trabajo de los dominicanos que viven en Costa Rica. Aquí no hay 10 dominicanos presos porque hayan matado. Nosotros no somos criminales como han dicho ciertos medios de comunicación de Costa Rica, subrayaron.
Embajada confirma. Adonaida Medina, embajadora dominicana en Costa Rica, confirma la situación en que se encuentran los dominicanos en este país, en cuanto a que existe la percepción de que los dominicanos son delincuentes. Sin embargo, explica que por gestión de la Embajada han reclamado a las autoridades costarricenses que cada vez que se quiera involucrar a un dominicano en hechos delictivos se los identifiquen. Dijo que en la mayoría de los casos no corresponden a dominicanos.
Indicó que en Tierra Dominicana no hay más de 10 dominicanos residiendo. Para los años 90 hubo una mayor concentración de nacionales que fueron emigrando a otros lugares.
Se quejó de que la prensa costarricense involucre a dominicanos en hechos delictivos cuando no es cierto. Dijo que ese caso se parece al mito que existía con las prostitutas de Jacob, una localidad de San José, donde se vendía la idea de que la mayoría de las mujeres que ejercían la prostitución eran dominicanas, lo que fue desmentido cuando las autoridades hicieron las investigaciones en el lugar.
Defienden a RD
En dos años la Embajada tiene registrados 245 dominicanos residiendo en Costa Rica. En 2006, según el censo, habían 806 dominicanos. Es una población flotante. El registro de la Embajada es bueno porque para obtener cualquier documento en Costa Rica la oficina consular debe emitirlo.
En Costa Rica hay decenas de estudiantes dominicanos en distintas universidades. También que trabajan en organismos internacionales, muchos ocupan importantes puestos en empresas nacionales y extranjeras. Medina, ahora embajadora en Venezuela, dijo que en el área de turismo los dominicanos tienen buena fama.
En los seis años que permaneció como embajadora habían solo seis presos dominicanos, la cifra aumentó de diciembre a la fecha elevándose a 14, por la comisión de robos y asaltos. La mayoría son imputados, no condenados.
A la queja de dominicanos que no sienten la presencia de las autoridades cuando muere un criollo y tienen que recurrir a pedir para comprarle una caja y enviarlo a su país, la embajadora dijo que las puertas se les han abierto al que la ha tocado.
Medina dijo que autoridades de aquí le sugirieron a la Embajada poner una estatua del profesor Juan Bosch donde estaba el negocio Tierra Dominicana, con lo que, dijo, no está de acuerdo hasta tanto esa zona deje de ser roja y con tan mala fama.