Mira, pánfilo, jipato, barrigón, de seguro que ha escuchado estos adjetivos, motes con los que eran nombradas aquellas personas infestadas de uncinaria, un parásito que para la Era de Trujillo era muy común entre la población dominicana, alcanzando alrededor del 90%.
Se debía, básicamente, a que para entonces la gente no tenía una adecuada higiene personal, niños, adultos y jóvenes dormían en el suelo, andaban desnudos, semidesnundos, descalzos, por lo que el referido parásito se hacía huésped habitual de ellos.
La infestación con el parásito daba a estas personas una característica física débil, vientre hinchado, somnolientas y piel translúcida, producto de la anemia que éste le provocaba.
Pero no solo ese parásito estaba entre las enfermedades endémicas, contagiosas e infecciosa de la época, sino que igualmente las personas padecían con mucha frecuencia de ascaris, lombrices como popularmente se le solía llamar; sífilis, conjuntivitis, difteria, chancro blanco, poliomielitis, sarampión, tuberculosis, conocida como tisis, paludismo, tosferina, malaria, piojos y papera.
Acerca de las enfermedades propias de la Era de Trujillo, y especialmente en el ocaso de su período, encontramos datos en el libro Trujillo de Cerca, del politólogo Mario Read Vittini, así como en un estudio de 1966-1969 presentado por la Secretaría de Estado de Salud Pública en la XVIII Conferencia Sanitaria Panamericana y la XII Reunión del Comité Regional de la Organización Mundial de la Salud para las Américas.
Costumbres sanitarias de la época. Para el dominicano de a pie la asistencia médica no era fundamental, la costumbre era más bien automedicarse con plantas medicinales o remedios caseros, utilizados casi para todos los males de entonces. Para la natalidad, por ejemplo, en vez de médicos especializados, se utilizaban las comadronas, parteras, principalmente en las zonas rurales, aunque no se descartaba su práctica en la ciudad.
Las parteras eran mujeres, generalmente mayores, que hacían las funciones gineco-obstetras para traer a los niños al mundo.
Para cualquier herida, problemas estomacales, dolor de cabeza, se utilizaban brebajes caseros, la gente no tenía al médico como prioridad, aun hoy día se escucha decir: ahora todo es médico, y eso con un té se sana.
Sida y cólera
Con el crecimiento de la población y el cambio de vida de los dominicanos, a finales del siglo 20, surgieron nuevas enfermedades, lo que la ciencia médica define como enfermedades modernas. Muchas enfermedades, como el dengue y los males pulmonares, se incrementaron.
El sida y el cólera son enfermedades que aparecieron para esta época, las cuales han cobrado miles de vida de dominicanos.
Además, se incrementaron las causas de muertes por enfermedades cardiovasculares, cáncer y los males sociales como los accidentes de tránsito, violencia doméstica y contaminación ambiental. El cáncer se desconocía en esa época.