Bruselas. El ministro español de Interior, Jorge Fernández Díaz, dijo hoy que espera que se logre un acuerdo sobre el reparto de 120.000 refugiados en la reunión extraordinaria que mantiene con sus homólogos europeos en Bruselas, aunque confirmó que Hungría quedará excluida del mecanismo por voluntad propia.
“Creo que podemos llegar a un acuerdo si no es por unanimidad será por mayoría cualificada, pero en todo caso lo que sí parece evidente es que ese acuerdo va a ceñirse a un programa de reubicación de 120.000 refugiados que estén en Grecia e Italia”, aseguró el ministro a su llegada a la reunión.
“Hungría que tenía 54.000 refugiados a reubicar (pues era junto a Grecia e Italia uno de los beneficiarios de la medida) queda excluida por voluntad propia del programa”, añadió.
El ministro explicó que el programa mantendrá la cifra de 120.000 refugiados, pero se dividirá en dos años.
En primer lugar, se trasladará a 66.000 personas procedentes de los centros de acogida de Grecia e Italia, y después en un segundo año a las 54.000 restantes, que también podrán proceder de Grecia e Italia.
El Consejo de la Unión Europea (UE) negocia pasar las 54.000 plazas de demandantes de asilo que correspondían a personas procedentes de los centros de Hungría en la propuesta original a una reserva que podrán usar los países que se vean más afectados por la llegada masiva de personas en el futuro.
Pasados 18 meses si ningún país solicita ayuda a los demás socios, esas personas saldrán de Grecia a Italia. En cuanto al esfuerzo que España está dispuesta a hacer, el ministro reiteró que el país acogerá la cifra de refugiados que le asignó la Comisión Europea (CE) en su propuesta.
En realidad, al salir Hungría de la lista de países desde los que había que trasladar refugiados y pasar a ser uno de los Estados miembros que recibirán a personas, la cifra que corresponde a España es algo menor que la original, 14.588 exactamente (frente a los 14.931 de antes). “Venimos con actitud solidaria, constructiva y positiva”, afirmó el ministro.
“En ningún momento hemos cuestionado ni vamos a cuestionar las cuotas de integración de acogida de refugiados que nos asigne la CE”, aseguró. Según el ministro aceptar el reparto es “un deber humanitario” y “una obligación” para los países de la UE puesto que en su ADN reside el respeto a los derechos humanos.
En cuanto a la distribución de 40.000 refugiados de los campos de Grecia e Italia, que se aprobó formalmente la semana pasada, el ministro dijo que podrá comenzar tan pronto como estén operativos los centros de toma de huellas dactilares e identificación de Grecia e Italia.
“En cuanto los ‘hotspots’ (los centros de identificación) funcionen nosotros estamos en condiciones de acoger a los refugiados que están en Italia y Grecia que nos corresponden”, dijo.