Entre las muchas maravillas que se pueden admirar en Grecia, Matt Derr encontró una joya: vino local a US$3 la copa.
Durante un viaje de nueve días a la tierra de los dioses, ha probado ensaladas y carne asada griegas por sólo US$7 el plato y aprendió a elegir el pescado más fresco para la cena.
Por ser estratega de divisas de Credit Suisse Group AG en Nueva York, Derr siguió el aumento de 19 por ciento del dólar frente al euro a lo largo del último año. Eso no le impidió quedar gratamente sorprendido por lo mucho que pueden estirarse sus dólares.
“Lo mejor fueron los mariscos”, dijo Derr por correo electrónico el miércoles desde la isla de Creta, después de hacer escala en Atenas, cuna de la democracia, y Santorini, famosa por sus atardeceres.
“La mayor ventaja que veo es lo barato que son el vino y la comida en general, así como las propinas”, dijo.
Los estadounidenses están obteniendo más placer –o 91 centavos de euro- por sus dólares cuando viajan por los 19 países miembros del bloque monetario. Derr sigue a una ola de turistas que visitan Grecia, donde los arribos de estadounidenses aumentaron un 25 por ciento, a 23.200, en enero y febrero, de acuerdo con los datos del Banco de Grecia.
El dólar avanzó frente a 16 grandes monedas desde julio, impulsado por una economía más fuerte y la perspectiva de que la Reserva Federal de los EE.UU. eleve las tasas de interés por primera vez en casi una década. Al mismo tiempo, el euro perdió valor debido al plan de estímulo sin precedentes que implementó el Banco Central Europeo.
Precios sorprendentes. El dólar aumentó de US$1,3993 por euro en mayo de 2014 a US$1,1019 a las 9:44 en Nueva York. Si bien el billete verde cayó 5 por ciento desde mediados de marzo, su alza más amplia es ventajosa para los estadounidenses que hacen viajes transatlánticos… y los analistas prevén que el tipo de cambio será aún más favorable durante el año que viene. Pronostican una baja del euro a US$1,07.
Michael DuCharme, responsable de estrategia monetaria de Russell Investments Group de Seattle, y su esposa viajaron a Roma y la costa amalfitana de Italia el mes pasado, donde quedaron maravillados con las enormes columnas del Coliseo y los intrincados mosaicos de las antiguas ruinas de Pompeya.
El matrimonio encontró gangas en todas partes: un hotel a precio razonable cerca de las ruinas del antiguo foro, artículos de cuero económicos para sus hijos y, por supuesto, pizza y pastas baratas.
“Los precios en euros me sorprendieron”, dijo el miércoles DuCharme.
“Nos mirábamos y sacudíamos la cabeza diciendo ‘esto es mucho más barato que en los Estados Unidos”, resaltó.
DuCharme ya está pensando en hacer otro viaje, esta vez a Normandía en Francia.
“Si tienes pensado ir a Europa, este es el momento de hacerlo”, aconsejó DuCharme.