El procedimiento usado por 23 dominicanos para estafar a sus clientes, todos extranjeros, desde “call center” (centros de llamadas) consistía en ofertarles productos de venta restringida o sacados del mercado, y una vez el interesado aceptaba y ofrecía sus datos para que le hicieran el envío, lo llamaban e identificándose como miembros de la DEA y de otras agencias federales de Estados Unidos, le informaban que cometían hechos ilícitos, y a cambio de eso le exigían dinero, “algunas incluso ridículas”.
Uno de los detenidos confesó haber estafado a un extranjero con la suma de US$85,000, y otro dijo que lo hacía “porque me gusta comer y vestir bien”, dijeron autoridades. El grupo fue pedido en extradición por las autoridades de Estados Unidos, que los acusan de conformar una red que desde empresas de “call center” en las que trabajaban en el país, se dedicaban a estafar y a extorsionar a extranjeros.
Historial. La mayoría son personas deportadas tras cumplir condenas por distintos delitos en los Estados Unidos, y que por su conocimiento del idioma inglés son contratadas por empresas de “call center” extranjeras radicadas en el país.