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Río DE JANEIRO. AFP. Brasil, anfitrión de la Copa del Mundo 2014, recibió el nuevo año con un «besatón» de 2,3 millones de personas en la famosa playa de Copacabana de Rio de Janeiro, en medio de fuegos artificiales, música y fiesta. La gran celebración invitó a una emocionada concurrencia a un intercambio infinito de ósculos y abrazos.
Vestidos en su mayoría de blanco y amarillo o dorado, turistas locales y extranjeros se agolparon en las playas cariocas. Muchos de ellos cumplieron el ritual de Yemanjá, una divinidad de la religión Yoruba que llegó a Brasil con los esclavos africanos.
«Vengo siempre. El blanco es por la paz, para que fluya la buena energía, un homenaje a Yemanjá», contó a la AFP Juliana Tavares de 26 años, que llego del barrio de Botafogo a Copacabana en un metro repleto, con un vestido blanco bordado.
La tradición consiste en introducirse en el mar llevando gladiolos blancos y velas encendidas. Estas se colocan en una superficie flotante y se lanzan al agua. Luego, quien hace el tributo puede incluso sumergirse, para quitarse las impurezas y empezar limpio el nuevo año.
«Pido por mi familia, por mis amigos y mi país», dijo a la AFP Maritza Rodriguez, una venezolana de 25 años que también cumplió con el rito.
Las estaciones del metro de Rio revientan de gente. Muchos vestidos de blanco y dorado, con flores, botellas de espumante y un par de copas en las manos. Mientras tanto en el mar, 24 toneladas de fuegos artificiales se lanzaron desde embarcaciones e iluminaron el cielo carioca.
La quema fue acompañada por la banda sonora de la película animada «Rio 2», que narra la historia de un ave amazónica llamada Blu.
«Fue maravilloso. Me emocioné. Pienso que si el año comienza así, solo puede mejorar», dijo a la AFP Lucas Dhers, estudiante argentino de 22 años que vino a Rio con amigos.
«Sobre la Copa del Mundo, no la veo tanto para Argentina. La delantera con Messi muy bien, pero la defensa es mala. Nos agarra Alemania y nos mata. Pero, en lo personal, el 2014 solo puede ir para arriba», agregó.
Pese a la tradición carioca del blanco o amarillo, Melma de Oliveira, de 58 años, optó por un traje rojo. «Es que estoy buscando un amor, una pasión», admitió a la AFP.
La presidenta Dilma Rousseff también aprovechó para enviar su saludo de Año Nuevo a través de su cuenta en Twitter.
«Deseo un Año Nuevo lleno de felicidad y prosperidad, y de mucho progreso y justicia social para Brasil», sostuvo.
