1.- Enviarlo con confirmación de lectura. Ves que tienes un correo nuevo, te dispones a abrirlo y, oh, sorpresa, te sale un mensaje avisando de que el remitente ha pedido confirmación de lectura ¿Se puede ser más cutre? Pocas cosas hay peores que utilizar esta herramienta, cuyo único propósito, seamos sinceros, es meter prisa a nuestro destinatario para que nos conteste cuanto antes. Si tanto necesitas saber si el correo ha sido leído, ráscate un poco el bolsillo y usa una herramienta de mail marketing.
2.- Enviarlo con Mailtrack sin editarlo. No nos engañemos: podemos vestirlo de ‘double check de Whatsapp aplicado al email’, pero al final, herramientas como Mailtrack son la versión moderna de la confirmación de lectura. No decimos que no lo uses; de hecho, te recomendamos que sí lo hagas, pero borrando antes el mensaje automático que sale al final de cada correo si no quieres que tu destinatario se entere de que lo estás usando.
3.- “Un salido”. Sin duda, la errata más divertida jamás vista, incluso tiene una fan page en Facebook. Si piensas que nunca has cometido este error, te reto a que vayas al buscador de tus emails enviados y busques “Un salido” (entrecomillado, para que busque el sintagma completo). Yo lo acabo de hacer… y he encontrado más de los que me gustaría reconocer.
4.- No incluir copia oculta. Si escribes a muchas (pero muchas, ¿eh?) personas a la vez, tal vez hagas la gracia de poner todas las direcciones al descubierto. Mala, muy mala idea. No solo porque a tus destinatarios no les haga ninguna gracia, sino porque alguno de ellos podría ponerte una demanda… y ganarla. Por 600 euros puede salirte la gracia. Si escribes a mucha gente que no tiene por qué responderse, incluye sus direcciones en copia oculta.
5.- Enviarlo desde Hotmail. Bien, abordemos esto. Hotmail no mola. Nada. Pero nada, ¿eh? Al menos, si el correo que estás enviando es por trabajo o cualquier otro asunto medianamente serio. No es nada personal contra Hotmail, en su momento puede que fuese un servidor adecuado para este tipo de emails, pero ya no lo es. Si tienes Gmail, mejor que mejor.
6.- Difundir cadenas estúpidas. Veamos: ni va a cerrar Whatsapp, ni hay un nuevo orden mundial en la sombra, ni existen los reptilianos, ni Facebook es un invento de la CIA, ni los aviones nos fumigan con chemtrails… Basta ya, ¿ok? Las cadenas son odiosas y lo son desde hace décadas. Si acaso, te permitimos que hagas uso de ellas si es para que se adopte a un animal o algo por el estilo, pero siempre dependerá de la beligerancia de tu destinatario.
7.- ¡Difusión urgente! ¿Cuántas veces has recibido correos con asuntos o textos encabezados por un “Difunde urgentemente”? Si tu respuesta es “Demasiadas”, estás en el buen camino. Créenos: tu correo no es tan importante como para que lo anuncies como si fueses un enajenado mental.
8.- Faltas y erratas. Ojo con las faltas de ortografía y las erratas. Las primeras hablarán muy mal de tus estudios, mientras que con las segundas quedarás como un vago redomado incapaz de revisar el texto antes de darle a enviar. Si crees que las erratas no son importantes, consulta el punto número 3.
9.- Uso (innecesario) de mayúsculas. En la época de los chats, escribir en mayúsculas equivalía a gritar a alguien. En la época de los emails equivale a que algo no anda del todo bien en tu cabeza. Por Dios, evita las mayúsculas innecesarias.
10.- Uso de abreviaturas. Esto tiene que quedarte muy claro: aunque en un chat con un amigo o en un SMS/Whatsapp no pase nada por escribir con abreviaturas, en un correo electrónico quedan mal. Muy mal. Fatal. Vale si las escribes es por despiste, pero intenta revisar siempre el texto. Si no l hces,qdarás cm 1 choni.