París. El suizo Roger Federer no pasó de los cuartos de final de Roland Garros, apabullado por su compatriota Stan Wawrinka en tres sets que le sirven para optar a su segunda final de un grande de su carrera ante el francés Jo-Wilfried Tsonga, que vuelve a semifinales dos años después.
La derrota del número dos del mundo fue la primera gran noticia que sacudió la tierra batida parisiense en su cuadro masculino, donde hasta ahora los grandes favoritos habían avanzado.
Pero por segundo año consecutivo, el suizo no estará entre los cuatro últimos de París, víctima de un parón en su juego y de un Wawrinka en estado de gracia que le desbordó por todos los lados y acabó venciéndole por 6-4, 6-3 y 7-6(4) en 2 horas y 9 minutos. Federer no arrebató ni una vez el servicio de su compatriota, algo que en un Grand Slam no sucedía desde el Abierto de Estados Unidos de 2002.
Un buen síntoma de que el exnúmero uno se aleja de su mejor nivel y pasa el relevo a su compatriota, que dijo haber disputado el mejor partido de su vida en un grande, pese a que en su palmarés luce el Abierto de Australia de 2014.