BRUSELAS. El abandono por parte de Rusia del proyecto de gasoducto «South Stream» confirma la necesidad para la Unión Europea (UE) de diversificar sus fuentes de suministro, declaró este martes Kristalina Georgieva, vicepresidenta de la Comisión.
«La decisión de Rusia de detener South Stream y la manera en que fue decidido confirma la importancia para la UE de diversificar las fuentes de energía», indicó Georgieva.
El presidente ruso, Vladimir Putin, indicó el lunes en Ankara que no puede por el momento seguir adelante con el proyecto ruso-italiano de gasoducto «South Stream» alegando que Bulgaria rechazó autorizar el paso del gasoducto por su territorio.
«Deberemos discutir este nuevo desarrollo. La evolución constante del paisaje energético es una razón para que la UE impulse la construcción de una Unión Energética con la prioridad de garantizar el suministro», indicó por su parte en un comunicado el vicepresidente de la Comisión a cargo de Energía, Maros Sefcovic.
La UE bloqueó el proyecto en el marco de la crisis con Ucrania y Rusia. En junio la Comisión Europea pidió a Bulgaria suspender la construcción del gasoducto «hasta que sea conforme al derecho europeo» en lo que respecta a las reglas sobre las licitaciones públicas.
El grupo ruso Gazprom, el italiano ENI, el francés EDF y el alemán Wintershall participaban en este proyecto de gasoducto.
El costo fue estimado en 16.500 millones de euros. Se preveía una capacidad de transporte de 63.000 millones de metros cúbicos por año, el equivalente de las compras de gas europeas que trasitan por Ucrania.
Su trazado incluye una etapa de 900 km por el lecho del Mar Negro, atraviesa Bulgaria, Serbia, Hungría y Eslovenia y luego se conecta en Austria a la principal red de ductos europea.
El presidente Vladimir Putin inauguró en persona el comienzo de las obras en diciembre de 2012. El objetivo era evitar la inestable Ucrania, ruta convencional para el gas ruso enviado a los clientes europeos de Gazprom. Rusia intenta evitar que el gas que vende a Europa transite por Ucrania, que ya protagonizó dos crisis relativas al gas (en 2006 y en 2009).
El lunes, Putin calificó de «ridículo» seguir invirtiendo «millones de dólares» en este proyecto y criticó duramente a la UE.