París, Fracia.- El primer ministro francés, Manuel Valls, consideró que la carta que el Gobierno griego envió hoy para solicitar un programa de ayuda a sus socios europeos es “un avance» que permite dialogar, y subrayó el rechazo de su Gobierno a la salida de Atenas del euro.
“Queremos que Grecia siga en Europa y Francia hará todo lo posible para conseguirlo”, subrayó Valls en un debate sobre la crisis griega en la Asamblea Nacional francesa.
Explicó que la carta que Atenas ha sometido esta mañana al Eurogrupo para solicitar un nuevo programa de ayuda “es equilibrada, positiva, da muestras de un avance. Es una etapa importante que permite dialogar».
El jefe del Ejecutivo socialista francés, en un mensaje indirectamente dirigido a los países que se resisten a reestructurar la deuda griega, afirmó que “no puede haber temas tabú” y que hace falta “una trayectoria sostenible de la deuda para los próximos años”, aunque no habló de condonación.
Valls insistió en que si no hay un acuerdo “los riesgos son serios, muy serios” y que una salida de Grecia de la moneda única supondría para ese país el hundimiento de los ingresos, la escalada de los precios o desórdenes sociales “que no podemos prever».
Alertó también del “desafío geoestratégico” que supone para Europa Grecia por sus relaciones con Turquía, con los Balcanes y con el mundo ortodoxo, y porque es “uno de los países más expuestos a la llegada de inmigrantes». “Debilitar Grecia es debilitarnos colectivamente”, añadió antes de homenajear el papel que tiene en esta crisis (el presidente francés) François Hollande, así como la cooperación franco-alemana, simbolizada en la reunión el pasado lunes en París del presidente francés con la canciller alemana, Angela Merkel, que fue “esencial para lanzar una dinámica».
“Cuando lo esencial está en juego, y ahora lo está -argumentó-, Francia y Alemania tienen que estar juntas a la altura. (…) Cada una puede tener sus sensibilidades, pero la fuerza de esta relación es saber avanzar juntos». Valls estimó que la cumbre de los líderes de la zona euro de ayer en Bruselas permitió restablecer el diálogo y que “un acuerdo está al alcance de la mano” a condición de que unos y otros muestren “solidaridad y responsabilidad».
Hizo notar que “las bases de un acuerdo global se conocen”, puesto que hace dos semanas “estábamos muy cerca de un acuerdo”, y que eso pasa por “un Estado (griego) que funcione” y una serie de reformas como el IVA o las pensiones. Afirmó asimismo que una de las enseñanzas de esta crisis, que “está poniendo a prueba la Europa política”, es que la profundización de la zona euro está lejos de estar concluida y que hay que acelerarla, entre otras cosas, con una mayor integración económica y presupuestaria, pero también “con una verdadera representación democrática».
El primer ministro avanzó que si hay un acuerdo, será sometido al Parlamento francés, que se pronunciará con un voto