Militares del Cuerpo Especializado de Seguridad Fronteriza (Cesfront) y miembros de la Dirección general de Migración habrían detenido ayer a quince niños, hijos de extranjeros alegadamente nacidos en el país y residentes en Jimaní, junto a empleados del Servicio Jesuita cuando se dirigían a Barahona a terminar el proceso de aplicación para la naturalización especial establecida en la ley 169-14. La denuncia fue hecha por Jairo Polo, técnico del servicio Jesuita.
Los infantes, de ascendencia haitiana, junto a sus padres fueron detenidos en el chequeo de El Limón, cuando iban a la oficina del ministerio de Interior y Policía donde previamente iniciaron la inscripción para la naturalización.
Polo, quien acompañó a los niños, fue detenido bajo el alegato de que él y la institución que representa realizan tráfico de personas en el país.
Explicó que el hecho ocurrió el viernes pasado cuando iba junto a los 32 infantes de Jimaní a Barahona, ya que el centro de Interior y Policía de la gobernación de Jimaní no está habilitado para que esas personas puedan dirigirse allá para acogerse a la ley 169.
De esos 32, a 15 les faltó tomarles los datos biométricos por lo que nos pidieron regresar al día siguiente para completar el proceso”, explicó Polo.
Dijo que el sábado, un día antes de vencerse el plazo establecido por la ley, “salimos a las 4:00 de la mañana con esos mismos niños y sus padres para que se les pudiera tomar los datos, pero cuando cruzamos el primer chequeo, el del Limón, nos detuvieron, acusándonos de que estábamos traficando con migrantes hijos de extranjeros, lo que no es cierto”. Polo lamentó la situación, tras precisar que podría generar un trauma en estos menores.