La democracia

Bonaparte Gautreaux Piñeyro

El problema de la representatividad está lleno de quisondas, entresijos, trampas, simulacros, fuegos fatuos y espejismos.

De ahí que con una frecuencia desagradable unos y otros busquen el modo de imponer sus criterios, porque de eso se trata y se convierte el sistema en otra versión de los mecanismos de imposición que distorsionan la verdadera representación popular.

Dado que el poder se ejerce a nombre de, en representación de, la fórmula para hacer efectiva la participación se ejerce por delegación, pero ¿quién representa qué, qué seguridad hay de que una comunidad es representada por personas que ejercen tal representatividad?

La democracia es un ideal, una quimera, un sueño, una utopía, así lo fue siempre desde el surgimiento de la práctica y de la palabra. ¿Acaso tuvo el pueblo griego la posibilidad de ejercer el poder, como se nos enseña y se nos quiere hacer creer? La democracia es un árbol que creció torcido pues desde que fue plantado se inició como un régimen de exclusión, no de inclusión.

En Grecia, por ejemplo, una parte de la población no votaba. Sólo votaban los ciudadanos y su gobierno era ejercido por el menos dizque en representación de los más. Además, se levantaban sus cimientos sobre nadie sabe cuántos miles de personas esclavizadas como resultados de guerras de conquista.

La democracia ha sido distorsionada al extremo de que no se sabe qué es democracia, qué es democrático, pero todos, sin excusión, dicen que es democrático el régimen que encabezan, que son representantes de los pueblos.

El diccionario de la Real Academia define: Democracia: doctrina política favorable a la intervención del pueblo en el gobierno. 2. Predominio del pueblo en el poder político del Estado.

Hasta la representatividad se ha convertido en un ideal inasible, impracticable puesto que en el camino se distorsiona, se vulnera, se prostituye el acceso del pueblo a los órganos del poder mediante una y otra forma de engañar.

La ambición de poder, el dulce disfrute de sus mieles enamora a muchos que irrespetan todo principio democrático con el fin de mantenerse indefinidamente en el dominio del Estado.

Lo que está en juego aquí, ahora, es quién manejará el gobierno en el período 20-24 y los que detentan ahora el poder, quieren mantenerlo para continuar con su política de depredación y de flojera y descuido con la tranquilidad y seguridad ciudadana.

Lo de Honduras es una nueva demostración de cómo se juega al derecho a la libertad dentro de un recinto cerrado en el que los pueblos están a merced de los que taparon la democracia en la caja de Pandora, de nosotros depende que no lo permitamos una vez más.

Todos unidos ganamos, desunidos, perdemos.