La preocupación de Franklin Almeyda por la amistad entre Juan B. Vicini y David Collado es tardía. Y es tardía porque la razón para ese desvelo debió externarse cuando el presidente Leonel Fernández facilitó los terrenos de la Marina de Guerra al Proyecto Inmobiliario San Soucí, fecha en que las alcaldías de Santo Domingo Este y la del Distrito Nacional estaban conducidas por Juan de los Santos y Roberto Salcedo, y el Congreso Nacional dirigido por miembros del Partido de la Liberación Dominicana. Entonces era moderna y atractiva la idea de ese desarrollo y el apellido Vicini no llamada a dudas, ni preocupación.
Para imitar a Franklin Almeyda podríamos solicitar la relación de empresarios que asistieron a las cenas de diez o cinco millones de pesos en beneficio de la reelección. ¿Solo esos empresarios tenían derecho a la cooperación con su candidato?
Me parece sorprendente que no le preocupara el déficit presupuestario consolidado de 2012 que, según el Banco Central, fue de ciento cincuenta mil millones, ¿no le preocupa el déficit que ahora nos revela José Rijo Presbot de cincuenta y nueve mil millones de pesos?, ¿Se puede desbordar el Gobierno?
Es importante recordarle al amigo Almeyda que si la Comisión Política del PLD, de la que es miembro, no hubiera impedido la aprobación consensuada en la Cámara de Diputados de la Ley de Partidos Políticos, que obligaba a las organizaciones partidarias a informar las donaciones provenientes del sector privado, no existiría su preocupación por la amistad entre David Collado y Juan B. Vicini. Ese proyecto de Ley en el que el PRM estuvo involucrado junto a FINJUS, la sociedad civil, Participación Ciudadana y otras organizaciones políticas.
Le preocupa a Franklin Almeyda que los empresarios se involucren en la actividad política y pregunto: ¿no le preocupa que los políticos se transformen en millonarios e invaden el campo difícil de la producción, la exportación y el comercio nacional?
El mayor aporte a la elección de David Collado la hizo el PLD al reelegir a Roberto Salcedo como su candidato a la alcaldía de la Capital. Le confieso que de ello estamos agradecidos, porque además de nuestra apuesta por la juventud, contribuyó a la victoria.
Esta preocupación tiene remedio. Como han venido requiriendo Luis Abinader y otras fuerzas políticas y sociales: es en la modernización de las leyes que definen y conforman los Poderes Públicos de la nación, en las que la transparencia y la información vencen los temores de Franklin Almeyda Rancier.