París. El hallazgo de la segunda caja negra del avión A320 de Germanwings que se estrelló el pasado 24 de marzo en los Alpes franceses supuso hoy un paso adelante “indispensable”, según la Fiscalía de Marsella, en la investigación de ese accidente en el que murieron 150 personas.
El estado de esa segunda caja, según el fiscal Brice Robin, deja prever que se podrán analizar los 500 parámetros que contiene, entre ellos la velocidad del avión, su altitud y el modo en que se pilotó ese vuelo entre Barcelona y Düsseldorf. La rueda de prensa ofrecida por la Fiscalía, la segunda desde el siniestro, subrayó que el hallazgo aporta un complemento “indispensable” para esclarecer los hechos.
La caja, ennegrecida por el fuego, fue encontrada por una integrante del pelotón de alta montaña de la Gendarmería Nacional en una zona ya explorada con anterioridad, y estaba “totalmente enterrada”, lo que hasta ahora había dificultado su búsqueda. La Oficina de Investigaciones y Análisis (BEA), que se encargará de examinarla, había facilitado a los equipos desplazados una caja negra de un accidente aéreo anterior para que estos pudieran reconocerla más fácilmente.
La primera caja, que graba las conversaciones en cabina y fue encontrada el mismo día de la tragedia, permitió establecer que el copiloto, Andreas Lubitz, aprovechó que el comandante se ausentó de la cabina y le cedió el mando para accionar de forma supuestamente deliberada el descenso.