La UASD, financiamiento y responsabilidad

La UASD, financiamiento y responsabilidad

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Sin dejar a un lado la herencia de su historia y los reclamos de su presente, las condiciones en que hoy vive la Universidad Autónoma de Santo Domingo reflejan aquéllas en que se desenvuelven las casas de altos estudios de los demás países del área. Como componente sustantivo de la sociedad dominicana, en la UASD descansan nuestras tradiciones, ancestrales, esencia y símbolo de nuestra cultura. En la universidad estatal se genera el mayor caudal de conocimientos propios y a través de ellos se da la transmisión de aquellos generados por otras. El debate actual sobre la calidad y eficiencia de la Universidad Autónoma de Santo Domingo se centra en la contribución que ésta hace, o puede hacer, a la modernidad plasmada en un proyecto de sociedad comprometida con el desarrollo humano sustentable. Más claro aún: ¿Qué entendemos por modernidad los que laboramos en la UASD? El construir, desde nuestra propia identidad cultural, y no de la ajena, un modelo endógeno de desarrollo humano sustentable, que no excluya la apertura de la economía y la búsqueda de una inserción favorable en el actual contexto internacional. ¿Qué opinamos nosotros acerca de responsabilidad de los Estados y gobiernos de financiar las universidades públicas? Que ésta debe ser progresiva para afrontar con eficacia la tarea que la sociedad encarga a las casas de altos estudios. Al respecto, entendemos como bien lo expresara J. F. Zorrilla, Carlos Tünnermann y otros autores, que la inversión de los Estados y gobiernos en el sostenimiento de las universidades tiene que ser creciente y tiene que abarcar todos los niveles, sin privilegiar ninguno. Por lo que consideramos que no debe restárseles partidas presupuestarias a la UASD ni a otras universidades públicas para inyectárselas a la educación preuniversitaria tal y como se ha venido haciendo en los últimos años. De la inversión de un 4% el PIB en educación preuniversitaria y sólo un 0.33 % del PIB en educación superior no habrán de derivarse los resultados que todos anhelamos.
¿Cuáles son los temas dominantes en el debate nacional sobre la educación superior? A continuación, nos permitimos citar algunos: La educación superior y sus objetivos en el umbral del siglo XXI; la integración entre docencia e investigación; las medidas a tomar con miras de asegurar la democratización y al mismo tiempo promover la calidad de la educación superior; el crecimiento y la diversidad de la educación superior; la crisis de gobernabilidad; las dificultades financieras; la misión, calidad y eficiencia de las casas de altos estudios; el impacto de la globalización en los planes y programas de estudio de las universidades y demás instituciones de educación superior; el papel de la educación permanente en la educación superior, con miras a satisfacer las nuevas necesidades de una demanda cada vez más diversificada; y, el más importante, la independencia intelectual y la libertad académica como algo esencial para la conducción de la docencia y la investigación.
Dos documentos sobre política de educación superior, elaborado uno de ellos por el Banco Mundial y el otro por la UNESCO, están siendo difundidos en periódicos y en otros medios de comunicación de todo el mundo.

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