Con voz entrecortada por la emoción, el dirigente Melvyn López demostró tras la barriada que le dio el domingo el club Mauricio Báez a San Carlos (4-0) para ganar la corona de campeón en 2016, que la grandeza y la humildad siempre pueden ir de la mano. “Este triunfo se lo dedico al Inmortal José- Boyón- Domínguez, ya que él fue el responsable de formar la mayoría de esos atletas que yo dirigí para obtener el trofeo que hoy exhibimos con orgullo”, dijo Melvyn.
Indicó que su trabajo consistió en poner a producir a esos jóvenes con mucho talento que tenían hambre de darle una corona a Villa Juana.
Dijo que la unidad monolítica que hay en el seno del club es algo “fuera de serie”. “Cuando me llamaron para ofrecerme el puesto de dirigente de Mauricio Báez, le dije a Boyón Dominguez que ese puesto le correspondía a él, que se había fajado con esos jóvenes talentos a aglutinarlos como conjunto en las categorías menores”, dijo López.
Subrayó que aceptó el reto con mucha humildad y gracias a Dios todos los jugadores respondieron a las expectativas y, “hoy podemos celebrar con libertad”.
Manifestó que el club Mauricio Báez es una gran familia y, nueva vez, se pone de manifiesto.
“Cumplimos nuestro objetivo, que era ir a la serie final y salir por la puerta victoriosa”, explicó Melvyn López, dirigente del Mauricio Báez, quien obtuvo su tercer título como capataz de ese equipo al barrer en la serie final 4-0 al club San Carlos, en el Torneo de Baloncesto Superior del Distrito Nacional.
El caballeroso dirigente enfatizó: “Quiero agradecer a Dios, al Mauricio Báez, a los fanáticos, a mi cuerpo técnico, a mis jugadores y en especial a José -Boyón- Domínguez, por entregarme el puesto de dirigente de la tropa de Villa Juana”, subrayó. López valoró el trabajo gerencial de Boyón- Domínguez, junto a los hermanos Heredia, César y Amaury, por el gran esfuerzo hecho durante tres meses de trabajo de preparación previa al torneo.