BRUSELAS. La Unión Europea (UE), escarmentada por la crisis de 2008, alcanzó el jueves un acuerdo definitivo para completar su unión bancaria, que dispondrá de un fondo de 55.000 millones de euros para liquidar o rescatar bancos en dificultad.
El Consejo (que representa a los Estados miembros) y el Parlamento acordaron al término de maratonianas negociaciones de unas 16 horas un acuerdo definitivo sobre el segundo pilar de la unión bancaria, el denominado Mecanismo Unico de Resolución (MUR), cuyo fondo será alimentado por el sector bancario.
Este mecanismo de resolución, destinado a liquidar o rescatar los bancos en dificultad, se agrega al Mecanismo Unico de Supervisión (MUS), destinado a supervisar los balances y activos de los 130 bancos más importantes de la zona euro, que comenzará a funcionar en noviembre.
Ambos, completados con un fondo de resolución, forman la compleja unión bancaria que aspira a evitar que las dificultades eventuales del sector pesen en la deuda pública de los Estados.
El acuerdo «es positivo para restaurar la confianza en los bancos europeos», indicó el vicepresidente del grupo del PPE (derecha), Corien Wortmann-Kool, uno de los que negoció con los Estados miembros.
Con este acuerdo alcanzado los problemas de la banca «deberían resolverse en un fin de semana (…) reduciendo la interferencia política en el proceso», añadió el comunicado.
El acuerdo representa «una real protección contra la crisis bancaria», había indicado a una radio francesa este jueves el ministro de Finanzas francés, Pierre Moscovici, añadiendo que el objetivo era evitar que «se reproduzca la crisis financiera de 2008». «Es un enorme éxito», dijo por su parte en una conferencia de prensa el presidente de la Eurocámara, Martin Schulz.
El acuerdo interviene una horas antes nada más de una cumbre de jefes de Estado y de gobierno de los 28 países miembros en Bruselas, pero permitirá sobre todo una votación ante el pleno de la Eurocámara a mediados de abril, es decir antes de que termine la legislatura actual.
En diciembre los Estados miembros ya habían tenido serias dificultades para ponerse de acuerdo debido a la intransigencia de Alemania.