A pesar de todos los recursos invertidos y los esfuerzo desplegado por los consultores internacionales, profesionales y técnicos del sector público y el sector privado durante tres años, parece ser que el anacronismo de la ley vigente, su carencia de orden lógico, su incompatibilidad con aspectos constitucionales, con los acuerdos internacionales de los que el país es signatario, con las regulaciones que rigen el comercio exterior y la mejores prácticas internacionales en materia aduanera, y la discrecionalidad que ella permite, tienen sus simpatías.
Ante esta situación, es digna de encomio la labor de seguimiento desarrollada por la Cámara Americana de Comercio, los gremios empresariales y agrupaciones de la sociedad civil que participan en el Comité de Facilitación en Comercio, que aspiran tener una legislación aduanera moderna que brinde seguridad jurídica a los actores, que sea garante de los roles de facilitación y control del comercio exterior de toda aduana moderna, conforme a las prácticas recomendadas por la Organización Mundial de Aduanas (OMA) y a los resultados de la pasada ministerial de Bali de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Todos debemos de tomar conciencia de la necesidad de una nueva legislación aduanera que nos brinde un marco regulatorio aduanero moderno, trasparente y digno de un Estado:
• Que sea compatible con la Constitución aprobada el 26 de enero de 2010, y establezca las garantías y derechos de los administrados y el debido proceso en el ámbito las funciones de las aduanas;
• Que sea coherente con el sistema jurídico,
• Que haga la legislación aduanera nacional cónsona con las normas que rigen el comercio internacional y los acuerdos de libre comercio que tiene el país;
• Que elimine la dispersión en nuestra legislación aduanera, concentrando todos los aspectos legales relacionados con esta en un solo texto;
• Que incorpore a la legislación aduanera los regímenes aduaneros de incentivo a la exportación e inversión que proporcionen una mayor competitividad a la producción nacional, permitiendo la integración entre todos los sectores productivos que operen bajo estos regímenes aduaneros, logrando una industria nacional más integrada y en consecuencia un mejor aprovechamiento de los acuerdos de libre comercio;
• Que contenga regímenes aduaneros que estén acordes a las directrices de la OMA y por ende sean compatibles con los lineamientos de política comercial de la OMC;
• Que incorpore las Medidas de Facilitación de Comercio aprobadas en la Novena Conferencia Ministerial de la OMC, y que entran en vigor a mediados de este año;
• Que haga la legislación aduanera compatible con los procedimientos aduaneros pactados en los Acuerdos de Libre Comercio que es signatario el país;
• Que establezca medidas que contribuyan a la integridad del personal aduanero;
• Que racionalice los trámites y procedimientos aduaneros, dándole valor legal a la declaración electrónica y al uso de estos medios;
• Que incorpore la figura de los “Centros Logísticos”, necesaria para poder obtener los beneficios que nos da nuestra localización geográfica y nuestra conectividad;
• Que contenga las figuras del “Operador Económico Autorizado” y la “Ventanilla Única de Comercio Exterior”;
• Que reduzca la discrecionalidad de las autoridades aduaneras, brindando seguridad jurídica a los actores de comercio;
• Que establezca un nuevo sistema de infracciones y sanciones conforme a los nuevos preceptos constitucionales, y aduanas deje de ser juez, parte y beneficiario de las sanciones que impone; y
• Que contenga las revisiones hechas por la OMA a la convención de Kioto sobre Simplificación y Armonización de los Regímenes Aduaneros, la que fue ratificada por el país recientemente, mediante la Resolución No.119-12, y que entra en vigor en el año 2015. Para lograr esto, ya la mayor parte de esfuerzo esta hecho, apoyemos de manera proactiva la iniciativa de retomar el proyecto de ley que está en manos de la Comisión de Industria, Comercio y Zonas Francas del Senado.