Los bancos centrales han dejado de ser “seguros” en el mundo

Los bancos centrales han dejado de ser “seguros” en el mundo

La Reserva Federal de los Estados Unidos ya no es una apuesta “segura”, como tampoco lo son muchos de sus pares globales.

Luego de años de telegrafiar sus intenciones, la presidenta de la Fed, Janet Yellen, y sus colegas pusieron el miércoles los aumentos de la tasa de interés “sobre la mesa y se concentrarán en los datos”, dijo Robert Perli, un socio de Cornerstone Macro LLC en Washington.

“En el plano técnico, fue la última reunión ‘segura’ del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por su sigla en inglés)”, dijo Perli.

En otras palabras, ahora es más difícil pronosticar qué hará la Fed, y las estimaciones a futuro se han terminado. Puede subir las tasas en cualquier reunión, si bien Perli y la mayor parte de los demás economistas anticipan que será en la de septiembre.

Pero si los inversores buscan previsibilidad en otros bancos centrales, se verán decepcionados. No solo las autoridades de la Fed se reunieron esta semana, y el mensaje de muchos otros bancos centrales fue que no hay mensaje. Los mercados financieros tienen que estar atentos a medidas monetarias cuyo momento se ha convertido en una tarea de adivinación.

Tomemos el caso del Banco de Japón. Si bien el jueves pasado se abstuvo de aumentar el estímulo, redujo su pronóstico en lo relativo a alcanzar un objetivo de inflación de 2 por ciento. Eso alimentó la especulación de que tendrá que incrementar su programa de compra de activos en algún momento del año.

El Banco Popular de China también es una caja de sorpresas en tanto su economía declina. Luego de bajar las tasas de interés dos veces en 2015 y de reducir la cantidad de reservas que deben tener los bancos, esta semana anunció que ahora considera expandir una nueva herramienta de crédito para impulsar la demanda de bonos de gobiernos municipales.

Economistas descolocados. En cuanto a Nueva Zelanda, donde las tasas permanecen sin cambios, el gobernador Graeme Wheeler dijo el jueves que reduciría la referencia si la demanda y los precios se debilitan. Con una inflación anual que ya fue de 0,1 por ciento en el primer trimestre, el nivel más bajo en 15 años, los operadores consideran que hay un 70 por ciento de probabilidades de una reducción para fin de año, según datos de permutas que recopiló Bloomberg.

Por su parte, el Banco de Israel mantuvo el lunes su tasa sin cambios, pero al mencionar la preocupación respecto de un posible fortalecimiento adicional del shekel, hizo que algunos economistas se preguntaran si sería necesario un nuevo estímulo.

En lo que constituye un indicio sobre el futuro, algunos bancos centrales ya sorprenden a los mercados y dejan abiertas las opciones para volver a actuar.

El Riksbank de Suecia sorprendió al mantener sin cambios su tasa de interés principal en menos 0,25 por ciento el miércoles, pero dijo que comprará aun más bonos gubernamentales y anunció la “disposición a hacer más” para alcanzar su objetivo de inflación.

Tailandia descolocó a los economistas al bajar su tasa clave por segunda reunión consecutiva y podría haber más reducciones en tanto la inflación y las exportaciones son temas preocupantes.

En Brasil hubo cierta claridad. Como se esperaba, el Banco Central brasileño subió medio punto su tasa clave, a 13,25 por ciento, e indicó que en junio volverá a elevar las tasas.

En líneas generales, sin embargo, en lo que respecta a banca central ahora los números son inciertos.

 

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