A pesar de la monumental e histórica existencia de “El guacal” y “El guacalito” el término “botella” ya casi no se usa como consecuencia del cambio eufemístico que los funcionarios han dado a la denominación de sus acólitos o colaboradores, ahora llamados “asistentes”, “ayudantes especiales” o “asesores”, debiendo confesar mi ignorancia porque desconocía el uso del término “Enlace” con la connotación de botella que se colige de la conmovedora y expresiva carta de “pausa en sus funciones” del sacerdote Manuel Ruiz como Enlace entre la Iglesia católica y el Poder Ejecutivo, con oficina, jeepeta y otros privilegios incluidos que él mencionó posteriormente.
El concordato del año 1954 entre el Papa Pío XII y Rafael Leónidas Trujillo acordó, para su época, notables prebendas para la iglesia católica que, con el paso del tiempo se han multiplicado guardando adecuada proporción con el crecimiento económico del Estado dominicano, pero, repito, desconocía la existencia de una oficina con un Enlace de la iglesia en el Palacio que parece estar muy vinculado al despacho (¿y los fondos?) que maneja la Primera Dama porque el sacerdote Ruiz “la excluye” en las motivaciones de su salida, receso o pausa como funcionario eclesiástico en la sede gubernamental.
Tengo cierta curiosidad por saber si existen otros Enlaces (¡no diplomáticos, por favor!) en el Palacio Nacional para los evangélicos, mormones, testigos de Jehová, organizaciones no gubernamentales (ONG), sociedad civil, partidos políticos, etcétera, con oficinas y jeepetas, porque tendrían una sede del Ejecutivo tan enlazada, que muy difícilmente podría realizar su propio trabajo y, sobre todo, cabría preguntarse si tendrían el coraje de acusar, implícitamente, de farsante o manipulador al Presidente de la República.