WASHINGTON. El presidente Barack Obama presenta el lunes al Congreso un plan de presupuesto de 4 billones de dólares que busca subir los impuestos a las empresas y los ciudadanos más ricos de Estados Unidos, y emplear esos ingresos extraordinarios para ayudar a las familias que han pasado apuros económicos en los últimos tiempos.
El proyecto de Obama también busca aliviar las estrechas restricciones presupuestarias impuestas a programas militares y domésticos en 2011 y presenta nuevas iniciativas, como un ambicioso programa de obras públicas de seis años por un importe de 478.000 millones de dólares para mejorar autopistas, puentes y el transporte público.
El gobierno dijo que el presupuesto representa una estrategia para fortalecer a la clase media y ayudar a “las familias trabajadoras para que salgan adelante en un momento de cambio económico y tecnológico incesante”.
“El país está mejor de lo que era hace cuatro años, pero también sabemos que los salarios y los ingresos de las familias de clase media están en cuenta regresiva”, dijo Obama en una entrevista transmitida el lunes por el programa “Today Show” de la cadena de televisión NBC.
Los ingresos de la clase media “no han mantenido el ritmo en los últimos 30 años en comparación con, como ya se sabe, los beneficios empresariales y lo que está pasando la gente en lo más alto”.
Incluso antes de que los enormes libros presupuestarios aterricen en los escritorios de los legisladores, los republicanos criticaron ya la propuesta, acusando al presidente de intentar volver a políticas fiscales y de gastos que dañarán la economía mientras sigue sin abordar el mayor problema del presupuesto: un aumento del gasto en los programas de ayuda del gobierno.
El plan de Obama para el año fiscal que comienza el 1 de octubre propone un gasto de 4 billones e ingresos proyectados de 3.530 millones de dólares.
La mitad del ambicioso programa de obras públicas se financiaría con un impuesto, que sólo se aplicaría una vez, a las ganancias que las empresas estadounidenses han ganado en el extranjero, dijeron funcionarios de la Casa Blanca. La propuesta, uno de los principales componentes del plan de gastos de 4 billones de dólares para el año presupuestario 2016 que Obama enviará el lunes al Congreso, intenta aprovechar el apoyo bipartidista a los gastos en reparaciones y construcción de infraestructura.
El impuesto a las ganancias acumuladas ganadas en el extranjero sería de 14% y pagadero de inmediato. Según las leyes, esas ganancias sólo se gravan a nivel federal si se repatrian a Estados Unidos, donde enfrentan una tasa impositiva máxima de 35%. Muchas compañías evitan los impuestos federales sobre esas ganancias simplemente dejándolas en otros países.
El impuesto en cuestión sería parte de un plan más amplio del gobierno para reformar los impuestos a las empresas con la eliminación de ciertos beneficios tributarios y una reducción de las tasas impositivas, una tarea difícil que Obama y líderes legislativos republicanos han dicho que tratarán este año.
La propuesta de presupuesto de Obama para el ejercicio fiscal que concluye el 1 de octubre ofrecerá una amplia gama de programas de gastos y aumentos de impuestos que los republicanos, que ahora controlan el Congreso, ya han desestimado.
“Lo que creo que el presidente está tratando de hacer es, una vez más, explotar la envidia en materia económica”, dijo el representante Paul Ryan, republicano por Wisconsin y el nuevo presidente de la Comisión de Medios y Arbitrios, que se ocupa de redactar las normas tributarias.
“La redistribución no funciona”. Sin embargo, Ryan también dijo en el programa “Meet the Press” de la cadena NBC que está dispuesto “a trabajar con el gobierno para ver si podemos encontrar un terreno común sobre ciertos aspectos de la reforma impositiva”.