La Organización de Estados Americanos (OEA) alertó ayer que personas de origen haitiano desplazados desde República Dominicana viven en «condiciones precarias» y están «en riesgo» de quedar apátridas, llamando a atender una crisis que amenaza con empeorar las ya tirantes relaciones bilaterales.
La OEA «reconoce la existencia de desplazamientos de poblaciones que sobreviven en condiciones precarias», dijo su secretario general, Luis Almagro, al leer las conclusiones de una misión del ente que viajó a los dos países a inicios de julio. El organismo regional, con sede en Washington, también observó que «existen personas en riesgo de no contar con ninguna nacionalidad» -lo que los dejaría automáticamente como apátridas-, como consecuencia de una nueva política migratoria de Santo Domingo denunciada por organizaciones civiles. El documento de solo tres páginas recoge las observaciones y recomendaciones de expertos de la OEA, liderados por el secretario de asuntos políticos, Francisco Guerrero, que viajaron a Haití y Dominicana entre el 10 y el 14 de julio. La misión se reunió con altos funcionarios de ambos gobiernos y representantes de la sociedad civil, y observaron de cerca la situación de los desplazados en una visita a la zona fronteriza de los dos países que comparten la isla caribeña La Hispaniola. Uno de los problemas que encontraron fue determinar el número de personas de origen haitiano que han cruzado la frontera desde el lado dominicano, pues agencias guberamentales y organizaciones civiles discrepan de las cifras, según el informe. Organizaciones de derechos humanos han advertido sobre la posibilidad de que personas de origen haitiano sean desconocidas por Santo Domingo y no sean recibidos como nacionales por Puerto Príncipe. «Sería un escenario de mucha preocupación», dijo a periodistas, Emilio Álvarez Icaza, secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).