Activistas a favor del Brexit que piden a Mark Carney que deje de hablar lograrían que su deseo se cumpla la semana próxima.
A solo nueve días del comienzo del período de veda preelectoral por el referéndum que decidirá si el Reino Unido se queda o se retira de la Unión Europea, el gobernador del Banco de Inglaterra (BOE) enfrenta algunos obstáculos en la tensa contienda política que ha predominado en su agenda. Tras sus comentarios más recientes, que lo arrastraron aún más a la batalla al punto que un legislador solicitó su despido, ese período no llegaría lo bastante rápido.
Carney ha justificado firmemente su postura diciendo que el banco central es el que debe advertir sobre riesgos. Además, la disputa sobre su independencia probablemente continúe la próxima semana si funcionarios del BOE son llamados a testificar ante los legisladores. Esto arriesga el resurgimiento de un combate verbal que comenzó a principios de este año cuando Jacob Rees-Mogg, parlamentario a favor del Brexit, acusó al gobernador de falta de dignidad.
“Es un asunto difícil y estoy seguro de que él estará esperando el inicio de la veda”, dijo Andrew Sentance, ex integrante del Comité de Política Monetaria del BOE. “La estrategia del gobernador ahora sería sostener lo que él ya ha dicho y no ir más lejos. Él no es un activista político”.
El interés en Carney se intensificó la semana pasada cuando el BOE publicó su Informe de Inflación trimestral que incluyó la potente advertencia de que una votación para dejar la UE dañaría la economía. Mientras el Comité de Política Monetaria rebajó sus predicciones de crecimiento, el gobernador dijo en una conferencia de prensa que una salida de la UE podría desatar una recesión.
Las encuestas sugieren el predominio de la facción que apoya la permanencia en el bloque, en tanto analistas indican que el Reino Unido está más propenso a quedarse en la UE que a dejarla. Un 55 por ciento de los encuestados en un estudio de Ipsos Mori para el Evening Standard publicado el miércoles indicaron que prefieren permanecer en el bloque, mientras un 37 por ciento dijo que votarían por una salida. La libra esterlina revirtió una caída frente al dólar tras la publicación de la encuesta.
Veda prevista. La inédita intervención del BOE de la semana pasada provocó una ola de comentarios, con incondicionales a favor de mantenerse en la UE, incluido el primer ministro, David Cameron, quien indicó que el banco central estaba en lo correcto al advertir sobre las posibles consecuencias, mientras los partidarios del Brexit, como la ministra de Energía, Andrea Leadsom, acusaron a Carney de extralimitarse a su cargo e invocaron inestabilidad financiera. Rees-Mogg dijo que el gobernador “debería ser despedido”.
“Quien esté en un cargo importante como dice el gobernador, tendrá el apoyo de un bando o de otro”, dijo James Rossiter, economista de TD Securities y ex funcionario del BOE. Los legisladores fueron “muy, muy claros en cuanto a limitar las líneas en torno al análisis y dijeron que la proyección principal se basa en el statu quo”.
Con el tiempo parlamentario restringido en el periodo previo al referéndum del 23 de junio, Carney y otros funcionarios del BOE podrían ser llamados a presentarse ante el Comité de Hacienda la próxima semana. El hecho marcaría su última comparecencia prevista antes del 27 de mayo, cuando el banco central se adherirá voluntariamente a las directrices emitidas por el Gabinete sobre las restricciones para opinar durante las cuatro semanas previas a la votación.