Santiago. –Como ocurre en cada final de mayo, cientos de personas se trasladaron desde sus hogares a los principales cementerios de esta ciudad para rendir tributo a las madres muertas.
Con cánticos, flores, velones y oraciones, desde las primeras horas de la mañana de ayer los asistentes visitaron las tumbas de sus familiares.
“Es como estar muy cerca y decirle cuánto la extrañamos”, dice Amarilis Rodríguez, quien junto a sus hermanos visitaron la tumba de su madre.
Explica que aparte de llevarle flores, le cantaron y rezaron el Padre Nuestro porque era muy cristiana.
“Estoy acompañando a mis hermanas y hermanos. Yo sé que mami no va a regresar, pero igual el sentimiento está”, señaló mientras, parados alrededor de la tumba de su madre, recordaban viejos tiempos entre lágrimas y sonrisas.
Los cementerios más concurridos fueron el de la 30 de Marzo y El Ingenio, donde se pudo observar muchos rostros tristes.
“Siempre venimos aquí porque nuestros padres están aquí y es como un deber, un compromiso que es ineludible; que nunca cambiamos por nada porque amamos a mamá y a papá”, dice Rosaura Opperman.
Opperman llegó a arreglar la tumba de su madre a las 8:00 de la mañana junto a dos hermanas y otros familiares.
El panteón lucía limpio y ventilado. “Venimos a visitar a mi madre, ella murió hace muchos años y nos hace mucha falta. Estar frente a su tumba nos da paz”, aseguró.
Negocios paralelos. La tradición de visitar las tumbas de las madres beneficia especialmente a los vendedores de arreglos florales y comidas, puesto que muchas familias llegan allí y prefieren comprar sus flores en el mismo camposanto por ser más baratas.