Es imprescindible el cambio del horario laboral, pero en forma paulatina debe ir acompañado con otras políticas que podrían irse adoptando y que permitirían la viabilidad del tránsito en la capital, ya que mientras pase el tiempo el caos se irá agravando.
El Metro debe convertirse en el principal transporte público, y completar la línea de la San Vicente de Paúl, para continuarla por la Avenida 27 de Febrero, Herrera hasta el kilómetro 9 de la Autopista Duarte y luego Los Alcarrizos. La construcción de las terminales de pasajeros anunciada por el presidente Danilo Medina, es una medida positiva para ir descongestionando el tránsito.
Es necesario rediseñar estudios sobre la modificación de las direcciones de las vías y, a partir de entonces, se impone actuar con rigurosidad la aplicación de la Ley de Tránsito. El aumento de la población y del parque vehicular, así como la concentración de centros de trabajo y estudios en el Distrito Nacional son terminantes en el caos del tránsito.
El creciente número de vehículos privados cada año al ritmo del crecimiento de la economía ha ido presionando las vías, lo que dificulta el desplazamiento, lo que se agrava aún más por la imprudencia de conductores y choferes. Seguimos creyendo que lo más viable y sin ningún costo económico para el Estado es el cambio del horario laboral, mientras las demás medidas podrían tomarse su tiempo, ya que implicarían grandes inversiones.
Los especialistas hablan de inversiones en un transporte de calidad para solucionar el problema de movilidad en las ciudades, pero como en el país el Presidente Medina está cumpliendo con la enorme deuda social acumulada, es necesario que se comience por la que no representa costo económico. El transporte interviene de manera decisiva en la llamada economía de aglomeración, ya que propicia el movimiento de personas hacia los centros de producción.