Pocas intervenciones médicas han tenido un impacto tan grande en la salud global como la inmunización de los niños.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), las vacunas han contribuido sustancialmente a la reducción de la morbilidad y la mortalidad causadas por enfermedades infecciosas, con lo que evitan aproximadamente 2,5 millones de muertes cada año.
El pediatra Alan Vargas explica que con las vacunas aplicadas en el calendario de vacunación, se pueden evitar más de 17 enfermedades que afectan de manera importante la salud de los niños.
“En los recién nacidos, los anticuerpos que les pasa la madre a través de la placenta, generalmente tienen una vida media igual a 3-4 meses y disminuyen progresivamente durante los primeros 6-12 meses de vida, cuando los programas de inmunización ya han comenzado”, señala.
¿Cómo actúan? Vargas dice que las vacunas, son productos biológicos, que al ser incorporadas al organismo por vía oral o inyectadas, reaccionan con el sistema inmune del vacunado, estimulando la producción de anticuerpos, que estimularán células encargadas de las defensas del organismo en futuras exposiciones a los gérmenes causantes de las enfermedades por las cuales vacunamos.
Cuántas vacunas deben ponerse. El especialista indica que desde el nacimiento a los 18 años se aplican de 68 a 69 vacunas, estimulando el sistema inmune.
Señala que los esquemas de vacunación se inician cuando los niveles de anticuerpos transmitidos por la madre comienzan su reducción o la enfermedad que se quiere proteger tiene una incidencia a muy temprana edad.
¿Qué sucede si se pierde alguna vacuna? “Si el niño o adulto interrumpe su ciclo de vacunación, este no se reinicia, se continúa en cualquier momento hasta completar las dosis requeridas en el esquema indicado. Esto sin importar el tiempo que ha pasado desde la última dosis. No se reinicia el esquema de vacunación para ninguna vacuna, se continua”, explica.
¿Por qué algunas provocan fiebre? Una de las reacciones secundarias que produce la aplicación de las vacunas, es la fiebre. “Es una reacción propia inducida por el alergeno inyectado, indicando respuesta inmune con la formación de anticuerpos. Como producto biológico que son, casi todas pueden provocarla”, dice el médico.
Consejos. Antes de aplicar las vacunas, Vargas, aconseja que el paciente no curse ningún proceso febril activo, para no confundir la fiebre propia de la enfermedad con la posible reacción secundaria que podría producir la vacuna.
Los procesos gripales o catarrales viejos o en resolución, no son contraindicación de aplicar la vacuna. “Se evita la aplicación de vacunas orales en caso de procesos gastroentéricos presentes (vómitos o diarreas)”.
Alan advierte no administrar acetaminofén horas antes de aplicar las vacunas, para evitar que al niño le dé fiebre. “Cuando se administra acetaminofén antes de aplicar la vacuna, esto hace que la estimulación del sistema inmunológico tenga menor producción de anticuerpo con una menor inmunidad y menor protección”.
Esquema de vacunación. El ciclo de vacunación se sigue de la siguiente manera: vacuna BCG y HB (contra la tuberculosis y Hepatitis B), se aplican en el nacimiento; a los 2 y 4 meses, Rotavirus, Polio, Pentavalente y Neumococo; 6 meses, Polio y Pentavalente; 12 meses, Sarampión y Neumococo; 18 meses y 4 años, DPT y Polio.
Vargas recomienda, a los 9 años, a las niñas, HPV (2 o 3 dosis); de 10 a 12 años, difteria y tétanos y la vacuna de la Influenza, al cumplir el primer año.