República Dominicana y el FMI (y II)

República Dominicana y el FMI (y II)

No importa la robustez de las economías, el Fondo Monetario Internacional (FMI) tiene la misma receta: reformas y con ellas reajustes para alcanzar la solidez fiscal.

Pese a que República Dominicana ha mantenido un crecimiento promedio del 7 por ciento del Producto Interno Bruto en los últimos tres años, y con perspectivas de continuar la expansión con tasa de inflación baja, con una política de disciplina fiscal, y con un cumplimiento excelente en el pago del servicio de la deuda externa, las misiones del FMI que han visitado el país en cumplimiento del artículo IV del convenio constituido con ese organismo internacional, siempre han recomendado reformas para reajustar el sistema tributario.
Es bien sabido que la presión tributaria, que estaría en un 14% del Producto Interno Bruto (PIB), es baja para cumplir con la enorme deuda social acumulada, el Gobierno se ha visto obligado a acudir al financiamiento externo para el desarrollo, a fin de no afectar al país con nuevos impuestos.
La preocupación de hoy es expandir la base tributaria vía la ejecución de políticas para controlar la evasión fiscal. Además, es deber el país prepararse para dar respuesta a los desafíos internacionales que podrían llegar de las economías desarrolladas.
Dentro de ese contexto se puede afirmar que hasta el momento la deuda externa es manejable y permite bajo el actual régimen de disciplina fiscal utilizar nuevos recursos financieros para continuar financiando el desarrollo.
Otro aspecto esencial es el mantenimiento de la política de gasto hacia la inversión para continuar garantizando la expansión de la economía y la creación de nuevas fuentes de empleo y generación de riqueza.
Jamás se debe restringir la política de gasto porque caería la inversión y con ello el consumo, el empleo, y afectaría el comercio y al sector empresarial, y por ende al país en general. En el proceso de discusiones para un pacto fiscal se debe tomar en cuenta ese aspecto, pero con visión de futuro y siempre pensando en la estabilidad macroeconómica para que el Producto Interno Bruto siga creciendo dentro de ese entorno. La mirada debe fijarse en que la República Dominicana es la estrella de las economías de la región, y que durante el año 2017, de acuerdo a los organismos y agencias internacionales que evalúan el comportamiento de las economías, continuará el crecimiento económico sostenido que ha venido sosteniendo desde hace varios años.

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