Revisarse contra la ineficiencia

República Dominicana muestra limitaciones en sus roles sobre higiene y salubridad en momentos en que en otras latitudes se buscan fórmulas para lidiar con el cambio climático y acogerse a tecnologías avanzadas que mejorarán la vida de los pueblos sin tener que preocuparse por la basura que hace tiempo resolvieron. En cambio, en este medio se sigue sin encontrar camino para hacer eficiente la recolección y disposición final de desechos. Desde arriba, el Estado y muchos municipios siguen enredados en conflictos y problemas que impiden dar buen servicio; y desde lo más alto no se frena a intereses particulares del aseo urbano como negocio, no como servicio social. Intereses que lucen afines a agendas políticas. Jamás se toman decisiones de alcance definitivo.

Este es un país riesgosamente financiado para casi todo desde el exterior y su elevado crecimiento es cuestionado por excluyente; su desarrollo es notablemente favorable a algunas áreas, negocios y fortunas, viejas y nuevas. Pero la otra cara de la moneda incluye, entre otras adversidades, el que sistemáticamente la basura tiende a llegarle a la cintura a la gente que por añadidura está pobremente asistida en el campo de la salud, amenazada por la suciedad. Un absurdo en pleno siglo 21 mientras los gestos, operativos y otros pasos dispuestos por autoridades supremas indican es que todavía se niega solución a tan grave problema.

Velar por el buen trato laboral

Con anterioridad a este comentario se ha reclamado un ejercicio de autoridad más activo por los derechos de los asalariados, rol que corresponde básicamente al Ministerio de Trabajo, el que al menos recientemente hizo causa común con una rancia demanda de aumento salarial formulada por representantes del sector laboral, el que sometido a pobres remuneraciones hace posible muchos éxitos empresariales. Algún organismo, o concierto de ellos, debe garantizar el respeto fiel a la jornada laboral de ocho horas más el pago proporcional por servicios en horas extras. Se requiere una supervisión para hacer cumplir normas de seguridad y protección contra excesivos accidentes laborales. Se debe velar por buenos seguros de salud para el trabajador. No limitarse al trato complaciente de exenciones fiscales y otros incentivos al sector patronal.