POR ALTAGRACIA ORTIZ GÓMEZ
Fracasó el programa oficial de inmunización contra la difteria, una enfermedad que había sido controlada en el país, y el año pasado murieron 59 menores a consecuencia de ese mal, informó ayer el doctor Jesús Feris Iglesias, jefe de Infectología del hospital Robert Reid Cabral. Este año, dijo Feris Iglesias, se han registrado 23 casos de difteria, mientras que en el año pasado hubo 122.
Advirtió que la enfermedad tiene una alta mortalidad de 41%, lo que estimó es muy alta.
El 57% murió dentro de las 24 horas de llegar al hospital y 70% antes de las 48 horas, indicó Feris Iglesias. Cuando llegan al hospital están prácticamente moribundos, dijo la doctora Josefina Fernández, infectóloga del Robert Reid Cabral.
De los 122 casos de difteria del año pasado, 92 fueron atendidos en Robert Reid Cabral, indicaron los médicos.
Advirtieron que la enfermedad es predominante en los sectores en donde hay indigencia y grandes bolsones de pobreza, pero lo lamentable es que se trata de una enfermedad prevenible con una vacuna barata.
De acuerdo al análisis de Feris Iglesias, que muchos de los pacientes llegan al Robert Reid Cabral desde lugares distantes lo que disminuye las oportunidades curación. En su mayoría, dijo, llegaban en condiciones de gravedad.
Indicó que algo que explica el nivel de deterioro en que llegaban estos enfermos es que el dato de que el 57% murió antes de las 24 horas de ser internado. El 90% de los casos, explicó Feris Iglesias, nunca fueron vacunados contra la difteria, aunque 2.7% si tuvo acceso a las vacunas.
«La mayoría de esos niños llegaba al hospital sólo para morir allí, pues llegaba en condiciones críticas», señaló el infectólogo. El 80% de los casos fue confirmado por el Centro de Control de Enfermedades Contagiosas de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) de Atlanta, indicó Feris Iglesias.
Los pediatras indicaron que están alarmados por la alta mortalidad de niños que han sido afectados por difteria y aconsejaron que se incremente la vigilancia epidemiológica.
Para estar inmunizado contra esa enfermedad se requieren tres dosis de vacunación y refuerzos permanentes.
POBREZA
La historia de cada uno de los casos conocidos en el hospital Robert Reid Cabral, se indicó, están vinculados con los niveles de pobreza e indigencia en que viven las familias.
El 37% es de la zona metropolitana de Santo Domingo, el 26% es de Santiago y el 37% está distribuido en 14 de las 32 provincias.
«Se trata de un problema de salud que está diseminado por todo el país, sobre todo de los lugares en que hay mayor cúmulo de pobreza e indigencia,» advirtió Feris Iglesias.
Aunque parezca que no, existe una lamentable y estrecha relación entre la política y la salud, pues la mayoría de los casos es consecuencia de la falta de educación, la pobreza, la inasistencia a los puestos de vacunación y hasta el descuido oficial, indicó.
Puso como ejemplo la gran cantidad de familias que viven en condiciones de miseria y que por razones económicas no tienen acceso a los puestos de vacunación.