Washington. EFE .- El presidente de EE.UU., Donald Trump, y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, mostraron ayer su voluntad de trabajar juntos y tender “puentes” para mejorar el comercio bilateral, al tiempo que quedaron claras sus profundas diferencias sobre inmigración y acogida de refugiados.
Los dos líderes mantuvieron su primera reunión bilateral desde que Trump asumió la Presidencia de EE.UU. el pasado 20 de enero y después ofrecieron una rueda de prensa en la Casa Blanca, en la que a ambos se les notó algo incómodos y que no contuvo muchos detalles sobre cómo y en qué van a cooperar en los próximos meses.
En el caso de México, el mandatario cree que “la transacción (comercial) ha sido extremadamente injusta” para EE.UU. durante años. Trudeau quiso dejar claro que no va a dar “lecciones” a Trump sobre políticas de inmigración y seguridad, pero a la vez remarcó que Canadá mantendrá su espíritu de “apertura hacia los refugiados». El primer ministro destacó que Canadá ha recibido a más de 40,000 refugiados de la guerra civil siria sin comprometer la seguridad nacional, lo que contrasta con la reciente orden migratoria de Trump.
El mandatario estadounidense aseguró incluso que está siendo “alabado” por su postura en inmigración. De acuerdo con Trump, su orden ejecutiva es una promesa electoral para “capturar a los criminales, a los malos criminales, con historial de abusos y problemas, y echarlos».