El director de la Escuela de Derecho de la Universidad Tecnológica de Santiago (Utesa), recinto Santo Domingo, Miguel Ángel Tapia Mora, afirma que el narcotráfico ha permeado el sistema de la justicia dominicana, una característica abominable que lo ha corrompido todo, por lo que a los jueces se les debe proveer de salarios adecuados, para que no cedan ante las tentaciones de narcotraficantes.
Considera que el narcotráfico ha corrompido a la política y a la sociedad.
Ante estos peligros, recomienda que para ser magistrado de un tribunal se tenga que empezar como juez de paz, un primer escalafón, que fue lo que siempre se solicitó.
De igual manera, señala que entre los males que acusa la justicia dominicana están el que se trata de un sistema que brinda un servicio demasiado caro y lento, tanto en la materia penal como en la civil y en asuntos de tierra.
“No hay una cosa más cara en este país que la contratación de un abogado; ni siquiera una consulta médica se iguala a una visita a una oficina de abogados, si usted quiere que le tome un caso”, afirmó.
Sostiene que es abominable la materia de tierra, porque los procesos tardan una eternidad. La penal es la quizás, más abreviada, por el Código Procesal Penal, pero la materia civil es otra pesadilla. El llevar un expediente por la cantidad de casos y estar en el proceso, de la Corte a la SCJ.
El abogado en ejercicio asegura que lo político no va a dejar de gravitar en la justicia y es lo que hace que el Poder Judicial esté supeditado al Legislativo y al Ejecutivo.
Expresa que dentro de la misma estructura del Consejo Nacional de la Magistratura (CNM), se establece que habrá una cuota libre para elegir a jueces en las altas cortes, como pasó.
Asegura que es así como abogados saltan de una oficina de renombre, a fiscales o a jueces de altas cortes, como ha sucedido con compañeros suyos, que están en la Suprema Corte de Justicia (SCJ) y en el Tribunal Constitucional.
Tapia Mora recuerda que el país quería que los jueces comenzaran la carrera en la instancia de Paz, aunque de forma lamentable, habrá personas que puedan colarse a puestos de jueces, sin capacidad, o que desde estos puestos enarbolen o protejan cualquier tipo de irregularidad, porque a la persona acusada pertenezca o sea adepto a su partido político.
Sobre los escándalos de corrupción en la justicia, reconoce que la población se entera rápido por el desarrollo tecnológico y comunicacional que ha experimentado el país.“
Cuando se magnifica, vía la prensa, un proceso de alguna índole y en este caso, de un poder tan importante como el judicial, la población se atemoriza, porque dice, y en quién confío. Tantos jueces metidos, supuestamente, en uno que otro problema, tiene derecho a atemorizarse”.
Plantea que el temor no es solo para la población llana, que desconoce el sistema judicial, sino hasta para las clases profesionales.
Hechos ilícitos. Preguntado sobre si hay corrupción en la justicia, Tapia Mora respondió: “Eso tendríamos que esperar, a ver lo que arroje las investigaciones del Consejo del Poder Judicial (CPJ). Cuando el CPJ comprueba, arroje que ciertamente ha habido actos de corrupción, entonces nosotros ya comenzaremos, como sociedad, a castigar a estas personas”.
Dice que no puede tener una respuesta valorativa sobre las denuncias que hace la población, de que hay sentencias compradas y que se elaboran sentencias en oficinas de abogados.
Empero, destaca que “los jueces que son señalados por supuestamente vender sentencias, son aquellos jueces a los que de manera lamentable les ha correspondido administrar justicia de personalidades juzgadas con casos de narcotráfico de mucha relevancia, de mucha resonancia”.
Advierte a los magistrados que reciben flores sin determinar la procedencia, que comienzan a coquetear con el obsequio, dan muestras de ser venales.