TOKIO. Toyota Motor Corp., enfilada hacia utilidades históricas, puede cubrir la multa de 1.200 millones de dólares que le impuso el gobierno estadounidense por ocultar información sobre defectos en los vehículos de la marca.
El arreglo con las autoridades estadounidenses podría incluso brindar tranquilidad a los accionistas y clientes de Toyota como un indicio de que la fabricante automovilística ha superado su crisis de devoluciones que había durado cuatro años.
El presidente de Toyota, Akio Toyoda, declinó hacer declaraciones el jueves sobre el arreglo, en el que la empresa japonesa dijo que ocultó información sobre defectos que habían causado una aceleración involuntaria en los vehículos Toyota y Lexus que resultaron en lesiones y muertes.
Lo único que Toyoda declaró a la prensa fue lo que ha reiterado antes: “Hemos regresado a lo básico y puesto primero a los clientes”. Dijo que no tenía nada que agregar a una declaración de la compañía que ha reiterado que ha cambiado sus operaciones para ser más responsable.
El fiasco de pedir a clientes devoluciones de los vehículos para hacerles reparaciones obligó a Toyota a la adopción de medidas, como aumentar las facultades a los administradores locales, acelerar las revisiones de las quejas y aumentar el cuidado y el tiempo al desarrollo de productos.