Un llamado a la vida Instituciones aúnan esfuerzos para conservar estas especies

Un llamado a la vida Instituciones aúnan esfuerzos para conservar estas especies

El gavilán de La Hispaniola, de hermoso plumaje, es dócil, indefenso, extremadamente confiado y no ataca las gallinas ni las aves de corral. Se alimenta de lagartos, culebras, ratas, murciélagos, sapos, insectos y aves pequeñas. Incluso, comparte su nido con la cigua palmera, sin generar conflictos, desavenencias, agresiones, daños ni temores.

El guaraguao, señorial, magnífico cazador, de plumaje hermoso y brillante, es muy parecido al gavilán de La Hispaniola, y suele ser confundido con el cernícalo o cuyaya. También es conocido como ratonero de cola roja o gavilán colirrojo. Su nombre científico es Buteo jamaicensis.

Comparte muchas características físicas con otras especies rapaces diurnas, como águilas, milanos y halcones. Son depredadores diurnos y cazan gallinas. Eso los convierte en ave de rapiña y, por tanto, en blanco de ataque de campesinos que crían aves de corral y no escarmientan esfuerzos ni recursos para cazarlos con escopetas, trampas o tirapiedras.

Este espléndido cazador se encuentra en las tierras bajas y costeras, aunque la cacería furtiva los ha colocado al borde de la extinción. En zonas agrícolas los lugareños suelen llamarlo despectivamente “comepollos” o “comegallinas”.

Es común encontrarlo en zonas donde familias campesinas viven de la agricultura y la crianza de aves de corral. También suele observarse en los parques nacionales Sierra de Baoruco, Los Haitises y en bosques latifoliados, en escarpadas lomas de la cordillera Central y en muchos campos del país.

Gavilanes de La Hispaniola y guaraguos tienen cosas en común: ambas especies están críticamente amenazadas. ¿El responsable? El ser humano es su principal depredador y culpable de la progresiva destrucción de sus respectivos hábitats.

Si bien es cierto que ambas especies tienen algún parecido, los gavilanes no son guaraguos ni cernícalos o cuyayas, y viceversa. Estas aves tienen hábitos diferentes, aunque los humanos, por ignorancia o falta de educación, las exterminan.

Este gavilán endémico no atacada gallinas ni pollos. Sin embargo, muchos campesinos suelen confundirlos con guaraguos o cernícalos y cuando los ubican cerca de sus predios, sin meditarlo, los exterminan.

Críticamente amenazado. A principios de la década de los 80 se publicó un interesante trabajo realizado en La Hispaniola. El gavilán fue reportado en 27 lugares. En el año 2002 se iniciaron los estudios, tratando de identificar en el país los lugares donde todavía está presente la especie.

Sin embargo, debido a la acelerada destrucción de sus hábitats y a la persecución a la que los depredadores han sometido a esta especie, su distribución ha disminuido considerablemente. Por esa razón se hacen ingentes esfuerzos por conservar la población restringida en Los Haitises y sus áreas periféricas.

El estado de peligro crítico del gavilán de La Hispaniola se debe a la rápida declinación y el tamaño pequeño de la población existente. Para poder revertir esta tendencia y que el gavilán pueda descender de categoría, requiere que la tendencia de la especie se mantenga y aumente su cantidad y su distribución.

Estos criterios pueden ser implementados estableciendo al ave en un hábitat conveniente, preferentemente áreas protegidas o en tierras privadas. Cada día se suman esfuerzos e instituciones a la noble causa por el rescate y preservación del gavilán de La Hispaniola.

De hecho, el gavilán es el ave endémica más amenazada de la República Dominicana, en categoría de peligro crítico de extinción. Figura en la “lista roja” de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la principal autoridad mundial en ese tópico.

Jesús Lorenzo Rodríguez, miembro de la Asociación de Campesinos Agricultores Los Haitises (ACAH) dijo: “Así como nosotros buscamos nuestro sustento de vida, así también el gavilán quiere vivir; por eso esta hermosa ave bajó a vivir al pueblo, porque hemos destruido su casa en el parque”.

Características del gavilán

• Nombre científico: Buteo ridgwayi
• Tamaño: 14-16 pulgadas (35-41 cm)
• Longitud de las alas: 20-26 pulgadas (50-66 cm)
• Estatus de la población: Críticamente amenazada

• El ser humano, depredador implacable, es la principal amenaza de esta especie. La acción humana (conuquismo, fuegos forestales y deforestación) también es causa de la acelerada reducción de su hábitat.

• Se atribuye a una larva parásita de la mosca Philornis pici ser causante de la muerte de gran número de pichones en la zona de Los Haitises.
• Comparten sus nidos con la cigua palmera, sin generar daños ni conflictos.
• El macho se encarga casi siempre de construir el nido para acomodar a su pareja. La anidación se produce entre marzo y junio y dura de diez a doce semanas.

• La hembra pone dos huevos y se encarga de incubarlos. Cuando nacen los pichones, el macho es responsable de capturar las presas para alimentar a los pequeños.

• Los machos tienen tonalidades más grises que las hembras y un color rojizo-marrón en el doblado de sus alas.
• La hembra muestra un pecho más claro, con más barras. Es más grande que el macho.

• El Buteo ridgwayi se alimenta de lagartos, culebras, ratas, murciélagos, sapos, insectos y aves pequeñas. El 97 por ciento de las presas son reptiles.
• Es la especie endémica más críticamente amenazada de nuestro país. La población se reduce drásticamente cada año, a pesar de los esfuerzos de instituciones conservacionistas por salvar esta especie.

• Se calcula que en la comunidad Los Limones, en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional de Los Haitises, existe una población de un poco más de 300 individuos en estado silvestre. Otro grupo es protegido en la Reserva Científica Puntacana y en terrenos del Central Romana Corporation, en la cordillera Oriental, provincia de El Seybo.

• Estas hermosas aves, que tienen en sus partes superiores un plumaje de color gris-marrón oscuro, habitan en los bosques neotropicales de Los Haitises, al pie de mogotes forestados, en algunas zonas alteradas por la agricultura y en sabanas con árboles grandes, tales como ceibas, palmas, yagrumos, cocos y jobos.

• Además de la organización internacional The Peregrine Fund y la Reserva Científica Puntacana, a la causa conservacionista se suman el Parque Zoológico Dominicano, la Fundación Propagás y el Central Romana Corporation.

 

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