Al menos 15 personas resultaron heridas en un atentado con bomba este viernes en una mezquita en la provincia de Nangarhar, en el este de Afganistán, en un nuevo ataque contra un templo durante el día sagrado para los musulmanes.
La explosión se produjo hacia el mediodía durante las oraciones del viernes en una mezquita en el distrito de Spinghar en Nangarhar, según afirmó a Efe el portavoz provincial de los talibanes, Hanif Nangerhary.
“Desafortunadamente enemigos del islam y de los afganos colocaron explosivos en el interior de la mezquita. (Al menos) 15 personas resultaron heridas, aunque por fortuna aún no tenemos información de fallecidos”, explicó Nangerhary.
Ningún grupo ha reclamado todavía la autoría del ataque, aunque el mes pasado el grupo yihadista Estado Islámico (EI) reivindicó dos grandes atentados suicidas contra mezquitas en Afganistán. En aquellas dos ocasiones los templos pertenecían a la minoría chií, aunque según la información inicial en esta ocasión los fieles no profesan esa rama del islam, considerada apóstata por los yihadistas del EI, que poseen su bastión en Nangarhar.
Muere De Klerk, el último presidente del “apartheid”
Esos atentados se produjeron dos viernes consecutivos, el 8 y el 15 de octubre, en las provincias norteña de Kunduz y la meridional Kandahar, y dejaron respectivamente al menos 80 y 60 muertos, y más de un centenar de heridos.
Entonces la comunidad chií criticó que los talibanes les habían confiscado todas o gran parte de las armas, lo que hacía casi imposible protegerse contra este tipo de ataques suicidas.
El grupo yihadista ha multiplicado sus ataques en Afganistán desde la retirada final de las tropas de Estados Unidos de Afganistán poco antes de la medianoche del pasado 31 de agosto, el mayor de ellos el atentado contra el aeropuerto de Kabul que el pasado 26 de agosto causó unos 170 muertos.
Los talibanes han lanzado una serie de operaciones en buena parte del país contra el EI, que todavía continúan, en las que han muerto o han sido detenidos decenas de yihadistas en al menos ocho de las 34 provincias afganas.
Analistas y expertos han señalado que el grupo yihadista se ha convertido en la mayor amenaza a la seguridad del Gobierno talibán en Afganistán, al estar detrás de ataques casi diarios contra los fundamentalistas