SAN JOSÉ. El huracán Otto, que azota desde el jueves la frontera de Nicaragua y Costa Rica, dejaba al menos nueve muertos y una veintena de desaparecidos, así como pueblos inundados y severos daños.
En Costa Rica, el gobierno anunció nueve muertos en su último balance de este viernes: cinco fallecidos en el poblado fronterizo de Upala y otros cuatro en Bagaces, una comunidad ubicada 96 km al norte de San José, dijo el director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), Walter Espinoza, en conferencia de prensa junto al presidente Luis Guillermo Solís y otros funcionarios.
Aunque el gobierno costarricense no precisó cifras de desaparecidos, fuentes municipales y medios de comunicación mencionan entre 20 y 25 personas cuyo paradero se desconoce tras el paso de Otto, que se alejaba hacia el océano Pacífico por el noroeste de Costa Rica, con vientos sostenidos 110 km/h con ráfagas más fuertes, según el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos, con sede en Miami.
El Instituto Meteorológico Nacional (IMN) advirtió que Otto seguirá afectando al país, específicamente en el Pacífico Central y Sur, que podrían soportar fuertes lluvias este viernes.
En tanto, Solís señaló que «se decretará un duelo nacional de tres días a partir del lunes, cuando se haya completado las labores de búsqueda y rescate».
También agradeció la ayuda de Panamá y Honduras, que pusieron a disposición varias aeronaves para colaborar en labores de rescate y de asistencia a los damnificados.
– Destrucción
Las intensas lluvias y los fuertes vientos de Otto -cuyo debilitamiento espera el NHC en las próximas 48 horas- produjeron severos daños en varias localidades del norte de Costa Rica, con particular gravedad en Upala, los Chiles y Bagaces.
Imágenes aéreas transmitidas por los canales de televisión mostraban inmensas lagunas de las que sobresalían las copas de árboles y algunos techos de viviendas.
Casas aplastadas por enormes árboles, automóviles volcados y calles anegadas de lodo mostraban el efecto catastrófico del ciclón en el norte de Costa Rica, donde varios poblados se encontraban incomunicados por la destrucción de puentes, deslizamientos de tierra y caída de árboles.
La interrupción de los servicios de agua y electricidad también afecta a estas localidades, informaron las autoridades.
Juan, un desesperado vecino de Upala, entrevistado por el Canal 6 de TV, relató entre sollozos que su hijo menor había desaparecido cuando el agua arrasó su casa en las cercanías de un río.
El jefe de operaciones de la Comisión Nacional de Emergencias de Costa Rica, Walter Fonseca, precisó que más de 7.000 personas eran atendidas en albergues temporales, incluidos unos 1.200 migrantes varados en el país en su intento por llegar a Estados Unidos.
En su mayoría, los migrantes son originarios de Haití y países africanos, y estaban concentrados en un campamento de La Cruz, en la provincia de Guanacaste, a unos 20 km de la frontera con Nicaragua.
– Todo está desolado
En Nicaragua, se reportaban decenas de casas dañadas, caída de árboles y destrucción del tendido eléctrico en varias comunidades a orillas del fronterizo río San Juan, como San Juan del Norte, el Castillo y San Carlos.
La reserva forestal Indio Maíz, de 2.639 km2, una de las más importantes de Centroamérica, habría sufrido el impacto directo del huracán, y aún se evaluaban los daños. «Es triste, todo está desolado.
Es la primera vez que veo algo así», dijo por teléfono a la AFP Marco Oporto, un profesor del municipio de El Castillo, en las riveras del Río San Juan.
«Hay bastante daño ambiental, muchas casas dañadas, cables del tendido eléctrico caídos en el suelo, comunidades inundadas sin luz y en algunas sin agua» potable, relató Oporto.
El gobierno nicaragüense anunció que en las próximas horas dará a conocer un balance, pero la vocera del gobierno y primera dama Rosario Murillo aseguró que no hay muertos que lamentar.
«Las familias en Nicaragua hemos aprendido a través de estos ejercicios (de prevención) a movilizarnos hacia los lugares seguros, y eso es fundamental (….) hasta el momento, gracias a Dios, no contabilizamos pérdidas de vidas humanas, afectaciones a la vida como consecuencia directa del huracán o del sismo», declaró Murillo