Una publicación reciente tiene un título que nos consterno, esta dice así: “exenciones fiscales han sido piedra de tropiezo para creación del empleo juvenil”, donde se expresa que desde el 2007, se han presentado cuatro proyectos de ley que buscan fomentar la creación de empleo juvenil en el país y que han perimido hasta ocho veces por falta de consenso en lo relativo a las exenciones fiscales.
Esta noticia es recurrente, refleja nueva y descarnadamente a lo que hemos llegado en los últimos años; esto conjuntamente con factores coyunturales similares se ha convertido la causa principal de los males que padecemos los dominicanos; triunfando así la maledicencia de los aduladores políticos y sus amos, que le dan un uso más políticos que económicos a los recursos arrancados a los más pobres a través de los impuestos al consumo. Dice la información que el debate en el Congreso Nacional se ha centrado en las exenciones y en el pago de ISR que beneficiarían al sector Empresarial, Si, se tiene que incentivar estos, porque de lo contrario no se crearían los empleos juveniles que sacarían del abandono a nuestra juventud, muchos de los cuales carecen de medios para sobrevivir, y se evitaría aumentar la diáspora, abandonando la política económica anterior perjudicial a todos y en favor de los menos.
Es vergonzoso que perimiera el proyecto en ocho oportunidades, desde el 2007 en aras de recaudaciones para usos cuestionables, mientras el país carece de salud y seguridad. La información señala que en la Cámara de Diputados hay otro proyecto que fue enviado a comisión, la que aún no ha presentado su informe; algunos manifiestan esperanzas, ahora disipadas por el impasse entre dos facciones del mismo Partido.
Nuestros representantes en el primer poder del Estado, se desgarran entre sí olvidando el cumplimiento de sus deberes olímpicamente, sin sonrojo, remedando al genio tenebroso de la Revolución Francesa.
En relación a la notoria preferencia de los poderes públicos por la recaudación, en perjuicio de la juventud, carente de empleos provenientes de padres que les amaneció en las escuelas para conseguir un cupo a sus hijos.
Nosotros que vemos tantos padres sufren el calvario de ir y venir entre escuelas públicas, en busca de inscribir a sus niños y evitar que se queden sin escuela; ¡que se apruebe la Ley de Empleo Juvenil!